Años 60, desierto de Atacama, Chile. María Magnolia (Berenice Bejo) es una mujer que, a pesar de vivir bajo difíciles condiciones, trata de transmitir a su hija, María Margarita (Sara Becker), su pasión por el arte. María Margarita se convertirá en la contadora de historias del pueblo, donde la mayor parte de sus habitantes no pueden pagarse una entrada de cine.
A medio caballo entre “Cinema Paradiso” y un crudo y árido episodio de la historia de Chile, Lone Scherfig (“An Education”) nos presenta aquí su nueva película ambientada en los años 60 de este país latinoamericano. La historia nos narra las peripecias de una familia numerosa, de tres hijos y una hija, donde el peso lo llevan estos últimos. Los padres, interpretados por Berenice Bejo y Antonio de la Torre, se quedan en un segundo plano beneficio de María Margarita, pero también de sus tres hermanos. En este sentido, hay cierto aire de ligereza: en algunos momentos concretos, parece que la concatenación de desgracias está desconectada. Parecen escenas aisladas de un paisaje cotidiano, que serán muy reconocibles para la sociedad chilena, pero que en mi caso no acaban de empastar con fluidez, debido también algunas inseguridades interpretativas.
La narración funciona bastante bien como retrato familiar, con ese elemento original que vertebra el filme, en el que, ante la adversidad económica, la hija es nombrada contadora oficial de películas ante la imposibilidad de ir al cine, y que poco a poco se irá convirtiendo en todo un fenómeno en el pueblo. El particular casting familiar para elegir a ese particular cargo, ofrece los momentos más amables y divertidos. El filme descarrila un poco cuando entra en escena los actores propiamente de la historia chilena, con Pinochet como obvio protagonista de esos momentos, que hace perder un poco el foco de la historia y terminar de una forma abrupta algunas de las tramas y de los arcos de personajes. Mi puntuación: 5,5 sobre 10. “La contadora de historias” se estrena este viernes 27 de octubre en las salas españolas.
Crítica de Héctor Izquierdo