Por Ileana Medina Hernández
" Las
teorías queer, una buena parte de las teorías feministas y gran parte
de las teorías sociales más contempóraneas y progresistas no son, como
nos quieren hacer creer, opuestas al capitalismo, sino son completamente
funcionales al desarrollo tecnológico capitalista: todas convergen en
sustituir el cuerpo, lo humano y lo que somos, por prótesis
tecnológicas."
Cada día lo tengo más claro: la
tendencia del desarrollo es a cero hijos. Y de ahí a la reproducción
artificial. Y de ahí a los robots como siguiente etapa evolutiva de la
humanidad.
Las tendencias en las sociedades posmodernas convergen hacia ahí: la normalización de todo tipo de sexualidades e identidades sexuales, la normalización de la anticoncepción y el aborto, la normalización de las formas de reproducción tecnologizadas y de los vientres de alquiler, las bajas tasas de natalidad, la reproducción tardía, las altas tasas de cesáreas, las sociedades narcisistas y hedonistas donde lo único que importa es el placer y en las que los hijos, por supuesto, molestan, dan trabajo, suponen un esfuerzo que ni la sociedad está dispuesta a hacer más llevadera, ni los individuos de hoy en día estamos dispuestos a soportar.
A ver. ¡Aclaro antes de que me llamen facha a gritos! No estoy en contra por supuesto, de casi ninguna de los puntos que se describen en el párrafo anterior (excepto los vientres de alquiler, pero quizás sean un paso transitorio hasta que se consigan los úteros artificiales). Me parece lógico que la sociedad humana,
basada en los derechos y las libertades individuales, normalice la capacidad de decidir de las mujeres, la normalización de todo tipo de sexualidades libres, y la no reproducción como un derecho humano. Por otro lado, el desarrollo tecnológico capitalista también es inevitable y creará cada vez más tecnologías capaces de lograr la reproducción artificial y de artificializar los cuidados de las crías.
Las teorías queer, una buena parte de las teorías feministas y gran parte de las teorías sociales más contempóraneas y progresistas no son, como nos quieren hacer creer, opuestas al capitalismo, sino son completamente funcionales al desarrollo tecnológico capitalista: todas convergen en sustituir el cuerpo, lo humano y lo que somos, por prótesis tecnológicas. Más vale que lo reconozcamos y luego vemos que hacemos con ello. La tensión política fundamental en el siglo XXI no es entre izquierdas y derechas, sino entre naturaleza y tecnología.
Desde el momento en que los humanos dejemos de reproducirnos sexualmente y nos reproduzcamos artificialmente, probablemente ahí se fije el fin de la especie humana actual y vendrán los robots como siguiente fase de la evolución. Hijo de máquina será una máquina. Quizás esas máquinas sean, como dicen los gurús más optimistas, hasta mejores que nosotros, con capacidad de tener emociones y sentimientos, y con espectro mucho más amplio de inteligencia, poderes y posibilidades. Quizás sea una fase "superior", transhumanista la llaman, de fusión de los humanos con las máquinas.
Quiero decir: hasta hace poco la "robotización" me parecía el apocalipsis y el fin de la humanidad, de la vida, del planeta y de todo. Me parecía algo que había que combatir con todas nuestras fuerzas: con amor, con crianzas corporales y cálidas, con políticas sociales a favor de la maternidad entrañable, con tomar las medidas para que la maternidad y la crianza puedan suponer más satisfacciones que trabajos y para que la sociedad en su conjunto apoye la reproducción, la crianza y la infancia como sus prioridades. De eso trata casi todo este blog.
Hoy ya no lo sé. Creo que el camino de la robotización es imparable. A menos que otra línea evolutiva, surgida de sociedades menos
"desarrolladas", mantenga la reproducción sexual de la especie
humana tal cual la conocemos, una linea de vida mamífera primate, al
margen de la tecnología y de la vida hedonista, y que vaya por otros caminos que puedan convivir con la robotización, sin sucumbir a ella, lo que parece poco probable visto lo visto.
Tampoco sé si tomarme la robotización como algo malo, negativo, apocalíptico, o tomarla con optimismo y euforia como los gurús entusiastas, o simplemente con serenidad.
A veces es mejor no saber :-)