Ilustración de Matias Noel.
El ciclo del Eterno Retorno plantea la idea de que el mundo se extingue, pero de manera irremediable y como si fuera un Fénix, vuelve a nacer. Este concepto de la repetición infinita ha sido empleado en el mundo de la filosofía pero también en el de la literatura, en el que escritores como Jorge Luis Borges o Milan Kundera se han basado para conformar parte de sus novelas. Pero no han sido los únicos, la industria del cómic también se ha valido del Eterno Retorno para actualizar a todos sus personajes, entre los que no hay excepción alguna y ya sean actores principales como Batman y Superman, secundarios como Robin y Wonder Girl, o novatos como Grifter o Resurrection Man, ninguno se ha salvado del reinicio orquestado por la todopoderosa DC Comics.
Un artículo que firma Nacho Pillonetto.
El título para llevar adelante la misión ha sido Flashpoint, un cómic con apariencia de evento aislado que al final repercute en todas las colecciones de la editorial. Como no podía ser de otra forma, bajo la tutela del actual arquitecto de la compañía Geoff Johns, Flash viaja en el tiempo a una realidad donde Aquaman y Wonder Woman se han convertido en los malos que luchan por el dominio del mundo, en un escenario que nos presenta a Europa medio hundida y a Londres asediado por las amazonas. En esta línea temporal Bruce Wayne muere asesinado junto a su madre, el Hombre de Acero vive recluido en una prisión secreta del gobierno y Abin Sur se convierte en el Green Lantern protector del sector 2814. La historia central se desarrolla en Flashpoint, sin embargo no faltan las multitudinarias cabeceras que cuentan algunas peculiares tramas internas como Citizen Cold, Outsider o Secret Seven, todas ellas muy prescindibles. Lo más reseñable de esta realidad, además de los cambios producidos en el soberano de Atlantis y en la guerrera de Temiscira, es el papel que juega Cyborg como héroe capital, una excusa para habituar al lector al cambio de status del personaje en lo que será el nuevo universo que plantea Johns.
Las primeras páginas nos muestran a Barry Allen en un mundo en el que nadie recuerda a Flash (porque nunca existió) y a Batman como el único enlace para poder recuperar sus poderes, mientras el planeta entero parece claudicar ante la sorprendente sed de sangre de los “héroes mitológicos” de DC. Con esta premisa parte Flashpoint y con el nacimiento de Los nuevos 52 concluye. Los dibujos corren a cargo de Andy Kubert, que no decepciona a sus seguidores y recrea con especial encanto a un Superman enjuto y desvalido, un misterioso y violento Caballero Oscuro y un elenco de personajes de lo más variopinto que incluye al pistolero Grifter, Element Woman, o el nuevo y cicatrizado Shazam
Algunos de los nuevos 52
Justice League: Con guion de Geoff Johns y dibujos de Jim Lee la liga se ha convertido en la niña mimada de una nueva generación que explica cómo se conocieron los principales íconos de DC en un tiempo en el que todavía no eran muy queridos por el gobierno y la gente de a pie. Durante los primeros seis números se desarrolla una historia centrada en descubrir el origen de unos misteriosos demonios que atacan, entre otras ciudades, Metrópolis y Gotham, lo que obliga a los héroes más poderosos del mundo a reunirse para hacerles frente. Y para los melancólicos que se pregunten qué ha sido de Martian Manhunter, que esperen a ver las primeras viñetas de Stormwatch.
Teen Titans: Como su homólogo mayor, cambia la historia del fundador del grupo y Dick Grayson pasa a desarrollar mejores menesteres, para sorpresa de Tim Drake que se convierte en el encargado de reunir al grupo bajo la capucha de Red Robin, con alas y todo. En el horizonte aparece la figura de un nuevo Superboy, que también cuenta con serie propia, lo que no cuadra con la intención de facilitar la continuidad a los nuevos lectores.
Green Lantern: Para sorpresa de todos, Siniestro ha sido elegido por el anillo, mientras Hal Jordan da tumbos en su nueva vida como un simple mortal. La mitología de Green Lantern se expande y será interesante saber cómo Johns hace frente a todos los caminos (y cabeceras) que ha dejado abiertos.
Algunas curiosidades: Se recuperan títulos míticos como Action y Detective Comics y la posibilidad de seguir desde el primer número a personajes emblemáticos como Savage Hawkman, Nightwing, Animal Man, Batgirl, Aquaman y Flash, pero también se abre la veda a proyectos de alto riesgo como puede ser la Justice Leage Dark, o previsibles fracasos editoriales como Mister Terrific.
El oportunismo de los viajes en el tiempo
Cuesta creer que un viaje en el tiempo, con todos los que ha protagonizado Flash y con permiso de la Zero Hour y las respectivas crisis, sirva para atar cabos sueltos entre tierras paralelas, renovar aspectos y asimilar el universo Wildstorm. Pero es de agradecer que al menos no se hayan extendido en la duración y pueda leerse prácticamente de una tirada. La guerra de Wonder Woman y Aquaman contra el mundo es uno de los puntos fuertes y siempre necesarios en proyectos de este tipo, que tratan de escapar de lo cotidiano y colocar a los personajes de siempre en situaciones imposibles. El resto del elenco, con excepción del nuevo Batman y Cyborg, no tiene muchas posibilidades de labrarse un hueco en el recuerdo colectivo del lector.
El final de la historia siembra muchas dudas sobre todo por ciertas incoherencias palpables en la personalidad Batman, que no se corresponden con el grado de complejidad psicológica del personaje. Ya se vivieron situaciones parecidas en Identity crisis o en la Zero Hour con el asunto del lavado de cerebro y con Green Lantern convertido en Parallax, y Batman no se mostró especialmente condescendiente. La carta que le entrega Flash es un detalle emotivo, pero no arregla esta situación.
A pesar de estos aspectos, la historia es ágil y dinámica y atrapa al lector amante de los futuros alternativos, aunque dista mucho argumentalmente de obras como The Nail o uno más cercano como el universo All Star. Pero no hay que olvidar que Flashpoint sirve como un recurso y como tal cumple con su función, que seguramente en un futuro no muy lejano vuelve a repetirse para demostrar una vez más que el ciclo del Eterno Retorno es una constante en la industria del cómic.
Ruta 42
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