La culpa no es del champion

Desde el 2008, cuando Boca sale campeón en un triangular por antojo de la AFA después de que San Lorenzo perdiera los once puntos de ventaja que había obtenido, salvo el entusiasta Ñuls de Maxi y Bernardi, no ha habido un equipo que pudiera ostentar un campeonato por mérito propio. El fútbol argentino ha ido decayendo a tal punto que los equipos parecen luchar por el subcampeonato.
El máximo ejemplo es el actual torneo donde cualquier equipo llegado a la zona alta de la tabla, pierde. Es imposible saber quién será el campeón hasta finalizada la última fecha. Incluso, es probable que muchos esperaran hasta el martes o miércoles para asegurar un campeón. Juegan tan mal que la expectativa y la tensión por la resolución del campeonato se convierte en tedio y hartazgo.
Desde este punto de vista, podría decirse que San Lorenzo no tendrá mucho que festejar, y que la mejor postura será una profunda introspección. Al menos eso dicen los mercaderes del perdón, que ante cualquier circunstancia alegre de la vida enfocan todo el análisis en los errores, siembran el terror y la culpa, para contagiar el propio sentimiento de frustración que los caracteriza. Pretenden que San Lorenzo sintiera vergüenza por haber ganado un campeonato tan opaco, que el hincha se atormentara de culpa y se abstuviera del festejo, hiciera méritos para ser bendecido por la expiación de los dioses del mundo.
Bueno, ya vendría siendo momento de aprender a no entrar en ese juego terrorista, si fuese por cada pase errado no podríamos festejar ni nuestro cumpleaños, y sin negarse a la introspección tan conveniente para evolucionar, atreverse a celebrar las conquistas obtenidas aunque hubiesen sido más los errores contrarios que los aciertos propios.
Felicitaciones al cuervo.