Ha sido una semana complicada y llena de "actividad", así que ya lo ven: mucho, demasiado silencio por estos lares; y eso es algo que vamos a corregir YA mismo. Sé de sobra que llego tarde para celebrar sábados de amargura y dolor de cabeza, pero es lo de menos, porque la música nunca sobra. Por eso, soy voy a traer a sonar algo por aquí, y algo de lo muy bueno: basta mencionar el nombre de Astor Piazzolla para saber de sobra de lo que se está hablando, y eso es de tango, señores, del bueno y clásico o del bueno y moderno, revolucionario, que no se guarda nada porque no tiene pelos en la lengua. A esta segunda especie de tangos pertenece el de hoy, Whiskey, uno de los primeros que escuché de este maestro del bandoneón, y que traigo a sonar con especial fervor, porque ése ha sido, precisamente, el ingrediente mágico de la noche pasada. A ello, pues: que se corra el telón, con una copa en alto.