Revista Arte

La desfachatez de la utilización del tiempo como usura.

Por Artepoesia
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Visitar el Museo de Bellas Artes de Sevilla es como visitar una librería de viejo, existen maravillas ocultas por el tiempo y la pátina de la desconsideración que merecen mucho sin embargo la pena encontrar. Pero, para ello, como para toda dedicación de incertidumbre cultural, se precisa de tiempo, de tiempo sin una medida definida, como cuando se recorren esas estanterías mirando no se sabe bien qué para encontrar no se sabe qué cosa. El Museo de Bellas Artes sevillano se encuentra en la céntrica plaza del Museo, con un Murillo de piedra vigilando la entrada de aquellos que se atrevan a visitarlo. 
Hay joyas del Arte barroco, del renacimiento, y del Arte prolífico del siglo XIX. La Iglesia fue el principal proveedor de muchas de sus obras. Ciudad levítica por excelencia, Sevilla posiblemente pasaría al libro Guinnes de los records por ser la localidad que en su historia más obras de Arte religioso haya producido jamás. Así fue como en el barroco siglo XVII Murillo creara las maravillosas pinturas de sus seres convencionales, en sus calles sevillanas, que aflorarán toda la belleza, perfección, candor y genialidad que este gran pintor creara en sus obras.
Para visitar dicho museo sevillano hay que llegar a la murillesca Plaza del Museo. Y ésta se encuentra después de recorrer a pie una estrecha calle, como solo de estrechas se encuentran en Sevilla, la calle San Laureano, que después termina siendo de Alfonso XII. Sin embargo, es inevitable si se va con auto utilizar un aparcamiento para poder desplazarse hasta allí. Con la megalomaníaca transformación de la ciudad allá por el año 1992, se desmantelaría la antigua estación de trenes de Plaza de Armas, también llamada de Córdoba, porque era a esta ciudad adonde se dirigían los trenes que a su vez continuaban hacia Madrid. Y se construyó en su lugar un Centro Comercial, un hotel y un aparcamiento. 
Hoy en día, que tantas injusticias proliferan en nuestra sociedad, he querido utilizar este medio para denunciar otra tropelía, una picaresca digna de aquella Sevilla de Murillo. Pasan los años, pero siguen -con otros medios- la misma forma de rascar el bolsillo impunemente de los seres, de nosotros, con el silencio conformista de los que se alinean con que las cosas son así. En esta entrada muestro dos recibos del Aparcamiento Plaza de Armas de Sevilla. Como se observa en el recibo del mismo día de este post, estacionar el coche 3 horas y 45 minutos supone 8 euros con veinticuatro céntimos. Es decir, que para ver el Museo, por ejemplo, o se dedica menos tiempo o se queda uno en casa viendo las obras por internet, ya que abonar 2,39 euros la hora de aparcamiento no es una barbaridad, no, es un atraco. Y es un atraco oficial, está tolerado y aceptado...
(Magnífica obra de Alonso Vázquez, Sagrada Cena, 1588, Museo Bellas Artes, Sevilla; Óleo El vendedor de vino, 1694, del discípulo de Murillo Pedro de Núñez de Villavicencio, Museo Bellas Artes, Sevilla; Excelente lienzo de Murillo, Santo Tomás de Villanueva dando limosnas, 1668, Museo de Bellas Artes, Sevilla; Entradas del Aparcamiento Plaza de Armas de Sevilla, día 14 y 19 de febrero de 2013, menos mal que la tarifa es todavía del 2012, si la actualizan este año...; Imágenes de Antigua Estación Plaza de Armas, años cincuenta-sesenta del pasado siglo, Sevilla; Fotografía actual de la Plaza de Armas, Sevilla.)

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