La procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa (Muller & Shiff., 1775) es una especie de insecto lepidóptero típica de la región mediterránea. Su área de distribución abarca todos los países ribereños del mare nostrum y algunos países próximos a esta región como Portugal, Suiza, Alemania, etc. Las orugas se alimentan de las acículas de pinos y cedros.
Ciclo biológico
La puesta se produce durante el verano, y aproximadamente un mes después nacen las orugas. Como sus madres procuran hacer la puesta en las acículas que consideran más adecuadas, al poco de eclosionar pueden empezar a comer. Las orugas tienen vida gregaria y pasan por cinco estadios:
- L1: desde que nacen hasta la primera muda. Dura 1 ó 2 semanas.
- L2: a partir de la primera muda y dura 2 ó 3 semanas.
- L3: dura como un mes y es cuando construyen sus típicos nidos de seda.
- L4: tras la última muda adquieren el aspecto típico de las procesionarias con los pelos urticantes. Este estadio es el más largo y varía bastante según sea el invierno, ya que si esta estación es muy fría se alarga la L4.
- L5: viene a durar un mes y las orugas se vuelven muy voraces, y si el árbol ya no permite alimentar bien a la colonia, esta busca otros ejemplares de los que comer. En este estadio es cuando se producen las típicas procesiones pues en cuanto se dan las condiciones adecuadas bajan de los árboles para buscar un buen lugar en el que enterrarse.
Fase de prepupa: cada oruga teje su propio capullo y se termina así la vida gregaria. Dura entre 20 y 30 días. Se producen grandes cambios corporales y tras una muda se inicia la siguiente etapa.
Fase de crisálida:
- Fase I: duración de 10 a 15 días, es de preparación a la siguiente.
- Fase II: diapausa. Durante esta fase se suspende completamente el desarrollo. Suele durar unos meses hasta que llega el calor del verano, pero para un pequeño tanto por ciento de crisálidas se produce lo que se llama una diapausa reforzada que alarga la fase un año o incluso 3 ó 4. Las crisálidas en diapausa pueden soportar grandes fríos. Y consiguen así que durante el verano se crucen individuos de diferentes generaciones. Esta fase de baja actividad metabólica tiene por tanto dos utilidades: el mencionado cruce generacional y soportar épocas peligrosas de sequía, incendios o veranos frescos, cambios bastante habituales en el clima mediterráneo y que pueden afectar mucho a una generación de procesionarias.
- Fase III: formación definitiva del adulto. La temperatura óptima para la formación del adulto es de 20 ºC.
Fase de adulto: es el aspecto más familiar de los lepidópteros. Los machos, más pequeños, aparecen unas horas antes que las hembras. Éstos son atraídos por el aroma de la feromona sexual de las hembras: pityolure, que detectan gracias a los órganos del olfato localizados en las antenas. La cópula normalmente tiene lugar el mismo día de la emergencia.
Enemigos naturales
De la lectura del ciclo se intuye que tienen que sobrevivir a grandes dificultades y que además deben tener muchos enemigos además del hombre. Efectivamente, son atacadas por numerosos parásitos, depredadores y enfermedades que, controlan los niveles de sus poblaciones, aunque como es sabido, lógicamente las plantaciones masivas de pinos padecen plagas frecuentes de procesionaria.
Entre sus enemigos naturales tenemos hormigas, cigarras, avispas y diversos parásitos (algunos dípteros e himenópteros). Siendo los depredadores que más se alimentan de ellas algunas aves insectívoras, concretamente: carboneros y herrerillos, pero también son atacadas por abubillas, críalos, urracas, cuervos, etc.
Referencias: - LA PROCESIONARIA DE LOS PINOS. Infoagro.com
- Vivir con los insectos. Pierre Ferron. Editorial Debate, S.A.