Revista Expatriados

La dinastía Kim (2)

Por Tiburciosamsa
La dinastía Kim (2)
Kim Jong-un tiene cara de estar diciendose: "Asi que estos son mis nuevos coleguitas de marcha. Me parece que estaba mejor en Suiza."

La sucesión de Kim Jong-Il por su hijo Kim Jong-Un se presenta, en cambio, más complicada.

Durante mucho tiempo se especuló con que Kim Jong-Il querría dejar a uno de sus hijos la finquita que había heredado de papá. El problema es que Kim Jong-Il encontraba a su primogénito Kim Jong-nam un poco rarito. Eso, viniendo de Kim Jong-Il, es mucho decir.

Kim Jong-Il tuvo a Kim Jong-nam con la actriz Song Hye-rim, con la que nunca se casó. Kim mimó a su hijo de esa manera que los dictadores con buen corazón y un país a sus pies tienen. Le compraba por su cumpleaños relojes con diamantes, réplicas de pistolas, un cadillac azul. Le dejaba ver programas de la televisión surcoreana y japonesa, sí, los mismos programas cuyo visionado hubiera llevado a cualquier otro norcoreano a un campo de concentración. Lo único que no le dejó tener fue una vida un poco normal. Siempre estaba rodeado de asistentes, que no le dejaban ni a sol ni a sombra. Teniendo en cuenta lo que es Corea del Norte, casi mejor que no le dejaran tener una vida como la de un ciudadano normal.

Parece que Kim Jong-nam tiene una personalidad semejante a la de su padre. Ambos tienen un temperamento que correspondería más a una prima donna que a un dictador. Son emotivos, cambiantes y están dotados para las artes. Les gustan la farra y las mujeres y tienen a lo extravagante. Son muy sensibles y con facilidad se sienten ofendidos. Un desertor que le conoció bien, comentó: “No me gustaba la manera en la que Kim Jong-Il gobernaba el país, pero no me puedo imaginar a Kim Jong-nam haciéndose cargo.”

Puede que Kim Jong-Il tuviese los mismos recelos, porque nunca estuvo completamente claro si quería que le sucediese. A su favor Kim Jong-nam tenía el hecho de que era el primogénito. En su contra el hecho de que la relación entre sus padres nunca fue completamente aceptada por Kim Il-Sung. Tampoco ayudaba el hecho de que varios parientes por el lado de su madre desertaron del régimen y huyeron a Occidente.

Kim Jong-Il dio varios pasos tras la muerte de Kim Il-Sung que parecieron indicar que el rarito de Kim Jong-nam sería su sucesor después de todo. En 1995 le regaló un uniforme de general (ése es el tipo de regalos que puedes esperarte cuando tu padre es dictador). Ambos hicieron una visita al mítico Monte Paektu en plan transfiguración de la montaña. Kim Jong-nam empezó a acumular puestos: instructor en la Oficina de Agitación y Propaganda del Partido, un alto cargo en la Oficina de Seguridad del Ministerio de defensa, Presidente del Comité de Informática (en reconocimiento a lo que le molaban los videojuegos), alto cargo en el Ministerio de Seguridad Estatal…

Y entonces sucedió el extraño incidente del Aeropuerto de Narita. El 1 de mayo de 2001 las autoridades japonesas detuvieron a Kim Jong-nam bajo la acusación de etsra intentando entrar en el país utilizando un pasaporte dominicano falso. Le acompañaban dos mujeres y un niño de cuatro años. Una de las mujeres aparentemente era su amante y madre del niño y la otra la niñera. Su objetivo era visitar la Disneylandia japonesa. Evidentemente la historia plantea muchas preguntas. La principal es la de porqué el heredero de un dictador se mete en esos berenjenales para visitar Disneylandia. Siendo quien era, hubiera podido pedirle a su padre que le construyera una Disneylandia en Pyongyang. A raíz del escándalo, se supo que Kim Jong-nam había visitado Japón de incógnito en numerosas ocasiones. Dicen algunos que si lo hacía como parte de su formación como futuro líder. Puede. Lo que está claro es que en cada visita se pegaba unas fiestas de impresión en las casas de masaje japonesas.

Tras el incidente de 2001, Kim Jong-nam quedó apartado. La vergüenza que le había hecho pasar a papa había sido demasiado. El especialista en asuntos de Corea del Norte Anatoli Lankov piensa que debió de haber algo más. Un capricho un poco extravagante no suele llevar a un apartamiento como el que sufrió Kim Jong-nam. Lankov especula con que sus comportamientos extravagantes ya habían disgustado a su padre en el pasado y que además cometió el error de enemistarse con la esposa de Kim Jong-Il.

Hubo mucha especulación en los siguientes años sobre los planes sucesorios de Kim Jong-Il. Los analistas escrutaron cualquier pequeña señal que pudiera indicar sus planes, pero no pudieron descubrir ninguna estrategia tan elaborada como las que precedieron al ascenso de Kim Jong-Il o la que hubo mientras se preparaba a Kim Jong-nam. Algún desertor del régimen que había conocido sus interioridades, comentó que Kim Jong-Il tenía debilidad por su hijo menor Kim Jong-Un, después de haber comprobado que era igual de cabroncete que él. Otra baza a su favor es que aguanta bien el alcohol. Pero muchos analistas estimaron entonces que era demasiado joven para ser un sucesor creíble.

A partir de 2008 la cuestión sucesoria cobró nueva urgencia. Ese verano sufrió una embolia y desde entonces el deterioro de su salud fue tan evidente que no se pudo ocultar ni con photoshop. Desde entonces, la política entre errática y brutal que ha seguido Corea del Norte (la reforma de la divisa a finales de 2009, el hundimiento del barco de guerra surcoreano Cheonan el pasado marzo, el ataque con misiles a una isla surcoreana en noviembre…) se ha interpretado en clave sucesoria. Por un lado Kim Jong-Il buscaría dar la imagen de una Corea del Norte fuerte, tanto para consumo interno como externo. Que no se crean que el país está tan decrépito como él. Por otro, estaría lanzando un guiño al Ejército, cuyo concurso es indispensable para que la sucesión proyectada llegue a buen puerto.

El pasado septiembre, finalmente Kim Jong-Il disipó las dudas: su sucesor será Kim Jong-Un. El 27 de ese mes, Kim Jong-Il ascendió a su hijo al rango de general de cuatro estrellas. El único mérito militar que se le conocía hasta ese momento era tener buena puntería en el videojuego “Call of Duty”. Para que quedase claro que era el sucesor le nombró miembro del Comité Central del Partido y de la Comisión Militar Central, así como Vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional del Partido (no confundir el puesto con el de Vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional, que ocupa su tío), tal vez confiando que el próximo conflicto en el que se vea envuelta Corea del Norte se parezca a una misión de “Call of Duty”.

El 10 de octubre Kim Jong-Il presentó a las masas a su sucesor con motivo del desfile conmemorativo del 65˚ aniversario del establecimiento del Partido de los Trabajadores. Ambos comparecieron en la tribuna y uno puede imaginarse al padre dándole un codazo cómplice a su hijo y diciéndole: “Mira, éstos son los muertos de hambre que vas a heredar.” Resulta más difícil imaginar lo que debió de pensar Kim Jong-Un en esos momentos, porque en las fotos sale con carita de acojonado. Posiblemente se estuviese diciendo que mejor estaba en Suiza, bebiendo vino del Rhin y follándose cabareteras rubias.

Tal vez temiéndose que le queda poco tiempo de vida y que no tendrá el mismo tiempo para preparar a Kim Jong-Un que Kim Il-Sung tuvo para prepararle a él, Kim Jong-Il ha rodeado a su hijo de veteranos para que le ayuden en sus primeros pasos: su tía Kim Kyong-hui, también ascendida a generala en la misma tacada, el marido de ésta, Jang Seong-taek, Vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional, puesto que hace de él de facto el número dos del régimen. Esto trae a la memoria los lejanos tiempos de los Reyes menores y de sus válidos en tiempos de las Monarquías absolutas y da a pesar si Kim Jong-Un llegará a ser su propio dueño o si su acceso precipitado al poder no le convertirá en un mero mascarón de proa del régimen, cuyos verdaderos guías serán otros.

En toda esta farsa, -perdón, quise decir historia-, ha habido una voz discordante, la de Kim Jong-nam. Ha dicho que no le parece bien esta sucesión en la tercera generación de descendientes de Kim Il-Sung. Vale, tío, ¿por qué no lo dijiste en 2001, cuando tú eras el sucesor in péctore?.


La dinastía Kim (2)

Este es Kim Jong-nam. Si hubiera sido designado sucesor, todos los norcoreanos habrian tenido que llevar su careto en la solapa. Han salido ganando con el cambio.

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