La información obtenida a partir de la encuesta logra “visualizar” el trabajo domestico no remunerado llevado a cabo fundamentalmente por las mujeres del país, y que las Encuestas de empleo y de hogares no pueden reconocer, así como también las relaciones sociales jerárquicas y de poder expresadas en la diferente distribución del uso del tiempo llevada a cabo por varones y mujeres.
El modelo de la encuesta nacional del uso del tiempo
La ENUT tuvo como población objetico a las personas de 12 años y más de edad residentes de viviendas particulares del área urbana y área rural del país. El tamaño de la muestra fue de 4580 viviendas a nivel nacional, correspondiendo 3080 viviendas al área urbana y 1500 viviendas al área rural. El objetivo general de la encuesta fue conocer la carga global de trabajo considerando los diferentes tipos de trabajo existentes, diferenciándolos por género y determinar las características tanto del hombre como de la mujer con respecto a la distribución y uso del tiempo en las tareas y/o actividades de la vida diaria necesarias para el desarrollo personal, familiar y social.
La Encuesta Nacional del uso del tiempo del 2010 en el Perú [1] reconoce como variable central de su análisis a la diferencia de genero entendida esta como la diferencia entre el conjunto de creencias, actividades y conductas propias de hombres y mujeres. Es decir la variable diferencia de género se expresa como la variable exógena del modelo que determinara la diferente distribución del uso del tiempo entre hombres y mujeres que será la variable endógena.Haciendo una abstracción de los demás factores determinantes de la diferente distribución del uso del tiempo, simplificaremos el análisis estableciendo como única variable exógena a la diferencia de género, además que para este caso la asumiremos constante, y pasaremos a explicar el mecanismo causal que la relaciona con su endógena, para este fin se estudiara este mecanismo en cuatro puntos esenciales: División sexual del trabajo, doble jornada de trabajo, trabajo no remunerado y carga global del trabajo.
División sexual del trabajo La diferencia entre el tipo de trabajo llevado a cabo por hombres y mujeres es debido en un primer momento a las diferencias biológicas propias de cada sexo, dentro de estas tenemos a la maternidad, a la crianza de los hijos, entre otros; en segundo lugar tenemos a las diferencias culturales consecuencia de las diferencias sexuales ya que debido a estas variadas tipificaciones de trabajo se desprenderán también valoraciones distintitas para cada una de ellas de tal forma que las actividades que mas dependencia económica generen pasaran a constituir las bases de relaciones de poder y subordinación.
Por tanto la división sexual del trabajo tanto doméstico como extra doméstico es un concepto que integra en el análisis elementos ligados a las funciones reproductivas y a las construcciones sociales que distinguen culturalmente a hombres y mujeres.[1]
Así tenemos con la información recogida por a ENUT que las mujeres presentan una mayor participación en las actividades del hogar como la actividad culinaria participan el 94,5%; en aseo de la vivienda participan el 97,5%; en cuidado y confección de ropa participan 96,7% y en la actividad compras para el hogar participan el 84,9%.Llos hombres participan en menor porcentaje, como es el caso de la actividad de aseo de la vivienda y cuidado y confección de ropa, donde participan el 89,6% y 84,2%, respectivamente. Además según una investigación realizada por el “Foro impacto económico del trabajo no remunerado de las mujeres”, organizado por el Movimiento Manuela Ramos, las actividades domésticas de las amas de casa equivalen entre el 16% al 23% del PBI nacional para datos del 2012[2].
En breve cuenta este aspecto explica que debido a las condiciones biológicas que diferencian a las mujeres de los hombres estas tienen una relación mucha mas estrecha con las actividades domesticas, esto sobretodo en cuanto a lo de la maternidad, sin embargo esta diferencia es reforzada con toda la carga cultural que la sociedad desarrolla, con esto es que se agrega el componente valorativo a las productividades del trabajo realizado por hombres y mujeres y puesto que el trabajo de estas ultimas no se tranza en el mercado este no posee un valor de cambio y por ende no percibe una remuneración, caso contrario al de los hombres con trabajo con valor de mercado asalariado.
Doble jornada de trabajo
No hay habido una redistribución de las tareas dentro del hogar entre hombres y mujeres aun cuando la participación de estas ultimas en la población económicamente activa a seguido una trayectoria ascendente (entre el período 2004-2011, la PEA ocupada femenina, aumentó a una tasa promedio anual de 2,6%, siendo superior al de los hombres que creció en 2,1%[3]), por lo tanto ha existido un aumento en la jornada de trabajo de las mujeres en la actividad económica del mercado manteniéndose el nivel de jornada también en la actividad domestica.
Es decir se ha mantenido el mismo patrón de participación en las actividades domesticas, en el cual sigue observándose que son mayoritariamente las mujeres las que se dedican a las actividades domesticas, evidenciándose de esta manera el grado de discriminación existente en cuanto a las actividades económicas de las mujeres ya que al aumentar el prestamiento del servicio de su trabajo en el mercado no se ha reducido su participación en las actividades domesticas del hogar que debería haber sido compensada por la de los hombres.
Tenemos así que según el grafico 1 del porcentaje de la población de 12 años y más de edad que participa en las tareas domesticas del hogar, las diferencias en las participaciones es sumamente clara expresándose las máximas brechas en el aspecto de calentar o servir los alimentos de 41.7% y en el lavar y limpiar el lugar donde se preparan los alimentos de 42.5%.
Trabajo no remuneradoEn el caso especifico del trabajo domestico este satisface necesidades que permiten la reproducción social, aumentando la disponibilidad de bienes y servicios de la economía nacional en beneficio de los individuos, los hogares y de la sociedad.
Los gráficos N°2 y N° 3 extraídos de una investigación del movimiento Manuela Ramos[4]son elementos esenciales en el análisis de diferencias del uso del tiempo generado por las diferencias de género puesto que detallan la diferencia entre las actividades remuneradas y no remuneradas en las que se observa una brecha de 23 horas con 35 minutos en el promedio de horas a la semana que la población de 12 años y mas dedica a la actividad remunerada y no remunerada (ver grafico N 2); sin embargo quizá el hecho más importante sea el que se infiere a partir del Grafico N° 3 ya que hace mas que evidente el conjunto de costumbres y creencias que la sociedad peruana presenta ya que en la asignación de horas semanales dedicadas a las actividades no remuneradas se nota que es en las mujeres en la que se presenta la mayor participación independientemente de su nivel educativo, en contraste con esto es en los hombres que se observa un patrón casi constante e independiente de su nivel de educación fijándose en intervalos de entre 14 y 17 horas semanales (ver grafico N°3).
Teniendo en cuenta que los niveles de desigualdad son medidos a través de los niveles de empleabilidad del trabajo y de los niveles de salarios podemos afirmar que al desarrollar las mujeres un trabajo por el cual no reciben una remuneración este se constituye como el principal factor causante de la desigualdad de ingresos y por ende de oportunidades en tanto y en cuanto la participación de los hombres en las actividades domesticas siga siendo muy inferior al de las mujeres.
Un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado “Nuevo Siglo, Viejas Disparidades”[5] realizado en 2012 (Ver Gráfico N° 4) y presentado en Lima en la Conferencia PODER demuestra que a pesar que la brecha salarial de las mujeres en cuanto a los hombres se ha reducido en un 3% del periodo1992 al 2007, esta sigue siendo aun alta, 14%, y representa una de las mal altas en relacion a los países de la región América latina y el Caribe.
Carga global del trabajo.
Los sistemas estadísticos y la contabilidad nacional siguen considerando como un proceso productivo llevado a cabo por la fuerza de trabajo solo aquel que se tranza en el mercado olvidando al que se desarrolla dentro del hogar bajo la forma de trabajo domestico; es en este contexto que la carga global del trabajo busca reunir las dos acepciones de trabajo, sea remunerado como no remunerado, para obtener una imagen mucho mas amplia de la concepción teórica del trabajo (Ver Gráfico N° 5).
La falta de reconocimiento del trabajo doméstico, hace que la mujer sea la trabajadora sin paga del hogar y la mal pagada de las empresas, sin mencionar aquí los casos en que se invisibilidad su aporte en el trabajo y sea como la ayudante del marido y los hijos, así en la agricultura, el pequeño comercio y la microempresa familiar.[6]
Los Desafíos a afrontar.
El desarrollo de la Encuesta nacional del uso del tiempo constituye uno de los primeros pasos que estamos dando para alcanzar la verdadera inclusión social y la lucha contra la violencia y discriminación de género. El Perú se caracteriza lamentablemente por ser un país machista y en donde la violencia de género sigue una tendencia creciente, esta expresada en el aumento de la ola de feminicidios desatados últimamente y acompañado también de los muy conocidos casos de maltrato a la mujer en los que según la OMS enAmérica Latinala mayor incidencia se da en la región andina. En términos de violencia ejercida por la pareja, la media en la región andina es de 40,63%, con variaciones desde un 34,8% a un 46,5%.[7]
La ENUT también nos lleva a replantearnos en la teoría económica y en las cuentas nacionales el concepto de trabajo o mejor dicho fuerza de trabajo empleada en una actividad económica, realizando un mejor reconocimiento de el trabajo domestico no remunerado realizado por gran parte de las mujeres del país, reconociéndolo y dándole su respectiva valorización económica a pesar de no ser transable en el mercado. El camino a la igualdad de oportunidades y respeto a los derechos de los demás sin duda es largo pero sin duda el desarrollo de la ENUT y su acompañamiento de una serie de políticas públicas que integren y reconozcan el trabajo realizado por las mujeres resultaran ser uno de los puntos de partida a la inclusión social.
[1]Encuesta nacional del uso del tiempo 2010. Principales resultados. Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social MIMDES e Instituto Nacional de Estadística e Informática INEI. [2]Ver: http://publimetro.pe/actualidad/10496/noticia-actividades-domesticas-amas-casa-equivalen-al-23-pbi-nacional.[3]Perú: Evolución de los Indicadores de Empleo e Ingresos por Departamentos, 2004-2011.Características de la Población Económicamente Activa Ocupada Cap.2.INEI (pag.89) [4] TRABAJO NO REMUNERADO DE LAS MUJERES. INSUMOS PARA LA INCIDENCIA Trabajo doméstico y voluntario sin pago. Ma. Jennie Dador Tozzini. Movimiento Manuela Ramos. [5] Nuevo Siglo, Viejas Disparidades: Brechas de ingresos por género y etnicidad en Ame rica Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ver: http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=37204140 [6] Equidad en el empleo. Diagnósticos de Argentina, Colombia, Paraguay y Perú. Proyecto: Iniciativa Regional para la igualdad de las mujeres en el ámbito laboral.(pag.52) [7]Ver: http://elcomercio.pe/actualidad/1593080/noticia-region-andina-peor-america-latina-maltrato-mujer