Revista Coaching

La Envidia y la Ley del Espejo

Por Maria Mikhailova @mashamikhailova

¿Has sentido envidia alguna vez de alguien a quien le va muy bien? ¿Hay ciertas personas que no soportas en la red porque crees que no se merecen estar donde están?

A mí me ha pasado... ¡A quién no le ha pasado! Es normal, totalmente natural sentir cierto recelo de que a alguien le vaya demasiado bien... cuando a ti te va tan mal.

De hecho, mencioné el tema de la envidia en la reciente ponencia que realicé en el Evento "Del miedo a la Acción" el pasado sábado 5 de marzo en el Espacio Ronda en Madrid, hablando de que el éxito sí tiene un precio a pagar. Por ejemplo, me llegaron a borrar todos mis artículos en un blog con el que colaboraba hasta hace poco sin siquiera avisarme y cuando pregunté si podía reutilizarlos yo, me tacharon de interesada...

Por cierto, lo que conté ese día en mi ponencia fue algo muy muy personal que emocionó profundamente a los asistentes. Pronto te compartiré en exclusiva el vídeo de esa ponencia, así que no te pierdas mis próximos emails semanales. Sólo será visible para mis suscriptores, porque no quiero hacerlo público: es algo muy personal y que muy pocas personas saben. Apúntate a la Newsletter, si aún no lo has hecho.

No vas a poder evitarlo, el famoso miedo al rechazo se presentará en tu trayectoria como emprendedor, blogger o coach de muchas formas. E irá tomando diferentes formas. No vas a poder escapar de ahí, lo siento. No todo va a ser tan bonito en esto de emprender 😉

Por eso escribo este post, muy personal y cercano, escrito desde la verdad, desde lo que siento y cómo lo siento. Es posible que no guste a todos, no lo sé, pero cada día más apuesto por decir mi propia verdad, aunque no todos estén de acuerdo.

Pero vayamos por partes...

¿De dónde surge la envidia?

La envidia es natural en el ser humano porque surge del Ego. El ego se pasa la vida comparándose con los demás, juzgándose a sí mismo y a otros. El principal problema es que el ego siente que nunca es suficiente, y cree que logrando ciertas cosas, cierto estatus, o simplemente unos objetivos incluso meramente económicos, logrará estar en paz.

Pero la paradoja es que el Ego nunca podrá estar en paz. Porque el Ego es lo contrario a la Paz. O estás en el modo paz o estás en el modo ego.

Yo también he sentido envidia

Sí, yo también he sentido envidia. El caso más llamativo que recuerdo sucedió hace unos 3 años, cuando yo estaba empezando con mi blog. Empecé a seguir a una viajera, que cuidaba casas de lujo mientras viajaba sin un duro por el mundo. Un día estaba en Nueva Zelanda, al otro en Vietnam, después en Tailandia, más adelante en Europa, etc. Pero lo que más me despertaba envidia y admiración era su manera de escribir. Escribía como me hubiera gustado poder escribir a mí misma.

Esa chica para mí era sinónimo de talento y libertad.

Dejé de seguirla porque me dolía ver que ella llevaba la vida que yo hubiese querido llevar. Aunque no de manera consciente. Es decir, yo no estaba dispuesta a renunciar a mis comodidades en España o en Holanda, no iba a dejarlo todo, a mi marido, mi familia... para irme a dar vueltas por el mundo.

Es decir, yo elegí no seguir ese camino, pero me dolía que alguien me recordara de vez en cuando que eso no iba a vivirlo yo.

Cuando eres el blanco de las envidias

Y aunque no es lo habitual para mí, el otro día entendí que yo también podía ser el blanco de envidias. Debe ser normal: cuando alguien crece, se hace conocido, incluso llega a un cierto nivel de lo que socialmente se entiende por éxito, habrá personas a las que les moleste. Unos dirán que no eres lo suficientemente bueno, otros que no eres lo suficientemente genuino, muchos simplemente pasarán de ti...

Pero el otro día recibí un email muy bonito. Aunque me dolió en un principio. Y esa fue la razón por la que decidí escribir este post. Me escribió una chica que yo misma admiro para decirme que iba a dejar de seguirme porque sufría al ver que me iba bien y a ella no.

Nunca antes nadie trató ese tema con tanta honestidad como ella. ¡Wow, qué valiente es!, pensé.

Enseguida salta nuestro ego, trata de juzgarla a ella: ¡vaya, te tiene envidia y utiliza eso para dejar de seguirte!, ¿por qué siquiera tuvo que escribirme para decirme nada?, ¡podía haberlo callado y yo no me hubiera enterado de nada!

Sí, porque la envidia -y eso acabo de descubrirlo ahora- cuando eres tú el objeto de ella, duele. Duele porque al envidiarte, en realidad están tratando de excluirte. ¿O acaso eres super-amigo de personas a las que envidias?

Puede que esto último también sea una mera interpretación mía. Muchos dirán incluso que el hecho de que alguien sienta envidia por ti es hasta positivo: significa que estás en una buena posición... Pero si te reconozco, no me ha gustado nada.

Porque de repente, se presentó ante mí uno de mis mayores miedos: el miedo a brillar. ¡Y yo que creía que lo tenía superado!

La envidia y la Ley del Espejo

Pero sí, sentir envidia del otro duele. Y yo inmediatamente conecté con mi propio dolor: el dolor del rechazo.

Es más: si algún día decides dejar de seguirme, por favor no me envíes un email explicando por qué lo haces. Tengo desactivadas las notificaciones de baja en mi correo. Si por lo que sea no te interesan más mis contenidos, si no tienes tiempo ahora o no te apetece ver mis pequeños logros y éxitos, simplemente puedes darte de baja y yo ni siquiera sabré que has sido tú.

Lo decidí así un día para no estar viviendo cada día esos "pequeños rechazos" que en realidad carecen de mayor importancia.

¿Entonces qué ocurre con la ley del espejo? Pues que todos somos maestros de todos.

Esa chica que me escribió desde la mayor honestidad se ha convertido en mi maestra y yo en la suya. Ella está aprendiendo cómo lidiar con el sentimiento incómodo de la envidia, no quiere tenerlo, pero es algo que siente... ¡Y no pasa nada! No hay cosa peor que ocultarnos nuestras emociones, ignorarlas, juzgarlas, rechazarlas... aunque no nos gusten.

Yo por mi parte, en este momento, estoy aprendiendo lo que significa ser envidiada y excluida por otras personas. No es la primera vez que me ocurre. Pero esta es la vez más consciente. Porque cuando alguien te envidia de manera hostil, te insulta o te menosprecia, hay también otras emociones dentro como la ira, la venganza...

Pero en esta ocasión no hay ira, no hay nada de eso. Hay una mezcla de admiración por esa persona y una sensación de rechazo, que no tiene nada que ver con la otra persona. De modo que es más fácil trabajar con esa sensación.

¿Existe la envidia sana?

Creo que el gran paso que tenemos los seres humanos en relación a la envidia es aceptarla, dejar de demonizarla y convertirla en lo que se llama envidia sana. Sí, actualmente siento un pequeño grado de envidia por otros grandes profesionales... pero en lugar de sentirme inferior, de compararme con ellos, utilizo esa fuerza para crecer, para acercarme a ellos.

Si puedo aprender de ellos, lo que debo hacer es preguntarles. Si puedo interactuar con ellos, pasar más tiempo con ellos.

Porque la envidia insana contiene un alto grado de orgullo. Y un alto grado de separación.

Yo he aprendido que al rechazar aquello que deseo tener en mi vida, estoy enviándole un mensaje al Universo de que no soy digna de eso. De que eso no es para mí.

Al aceptar e incluir aquello que me causa envidia, estoy rodeándome de la energía de aquello que quiero conseguir.

La idea es que, aunque es imposible asegurarte de que no vas a sentir la envidia (creo que todos en algún momento de la vida la hemos sentido), sí puedes gestionarla de manera positiva, a tu favor. Y la única manera es uniendo, desapegándote del ego, en vez de separar o rechazar.

Miedo a las críticas vs. Miedo a brillar

Ahora, después de este pequeño suceso, entiendo mejor que nunca por qué siempre he tenido tanto miedo a brillar. Porque creía que al brillar te vuelves alguien prepotente, y eso despierta críticas, envidias, hace que algunas personas se alejen de tu vida.

Era mi peor miedo y se ha materializado... ¿Y qué estoy aprendiendo de ello?

Que sí, que te van a criticar, que cuando brilles algunas personas te van a excluir de su vida, te van a rechazar, te van a juzgar acusándote de ser prepotente hablando de tus éxitos y no interesarte por sus vidas, por ejemplo. Creerán que te has alejado de ellos porque te está yendo muy bien... Y no querrán ver lo duro que es conseguir todo esto, porque hay mucho trabajo detrás que no se ve.

Pero cuando lo pases, cuando atravieses la tormenta, tu miedo, ¿sabes qué pasará? ¡Que no pasa nada! Sigues viva, sigues creando, sigues creyendo en tu proyecto con aún más fuerzas. Sigues entregándote a personas que confían en ti. Sigues dando lo mejor de ti y eso te hace crecer y aprender a recibir lo bueno que te devuelve la Vida.

Y entonces el miedo a brillar se desvanece, simplemente pierde fuerza, porque lo has vivido, porque ya no es un desconocido monstruo del Averno, es una experiencia más que te eleva al siguiente nivel y todo encaja, te haces más fuerte, confías más en ti. Te das cuenta de que has tenido que pasar por ese miedo, por la incomprensión, envidia o rechazo para reafirmarte en tu trabajo, para avanzar. Que el miedo no te ha detenido...

Por cierto, en breve saco un curso gratuito donde hablaré del miedo a brillar como uno de nuestros mayores auto-sabotajes internos. Si no quieres perdértelo, suscríbete a mi Newsletter y te avisaré por email (es un curso solo para los suscriptores).

La envidia nace de la Mentalidad de Escasez

Seguramente el concepto de mentalidad de escasez te suene. Yo misma lo he padecido durante toda mi vida, como cuento en este artículo. La mentalidad de escasez tiene que ver con la sensación de que no hay suficiente para ti en el mundo. Que no tendrás suficientes clientes, no tendrás suficiente dinero, no tendrás suficiente amor. Vamos, que eres una persona a la que no pueden sucederle cosas buenas, por tu "karma", por tu forma de ser, por tus padres, etc.

De ahí puede nacer también la envidia. La sensación de que si a alguien le va bien, a ti ya no te podrá ir bien, porque el éxito se lo lleva el otro.

Algunas personas cuando empiezan su blog me preguntan qué hacer si alguien copia su contenido. Qué hacer si alguien con el que colaboran se lleva sus clientes... Te confieso que yo también lo he pensado alguna vez.

Cada vez soy más visible y cuando ofrezco guest-posts en mi blog, hago entrevistas o conferencias de SelfCoaching a otros expertos, éstos empiezan a ser conocidos para mi público y mis clientes actuales y potenciales pueden llegar a comprar sus productos. Si me enfoco en la escasez, pensaré que estoy perdiendo a estos clientes, ya que no me pagarán a mí sino a otro.

Pero si me enfoco en la abundancia (hay dinero y clientes para todos), entonces no tendré ese miedo, sino todo lo contrario, compartiré tanto valor con mis lectores y seguidores que éstos se sentirán aún más agradecidos y probablemente tengan mayor confianza en mí para contratarme o comprar mis cursos. Y si le compran a mi competencia, será que eso es lo que están buscando. No seré yo la única profesional buena, ¿verdad?

¿Cómo gestionar la envidia?

Ahora viene lo más importante. De acuerdo, todos sentimos la envidia en alguna ocasión. ¿Y ahora qué hacemos con ella?

Qué hacer cuando envidias a alguien

Como siempre te contaré cómo la gestiono yo, no creas que es una fórmula infalible. Cada persona tiene sus recursos, herramientas y trucos y puede que te sirva mi ejemplo, pero puede que no.

Para empezar, vamos a dejar de demonizar la envida. La envidia una emoción más. Me está diciendo qué me duele cuando la siento, qué me falta, cuáles son mis anhelos...

Vamos a buscar el lado positivo de la envidia. Si me da envidia alguien es que yo quiero tener algo que él tiene y creo que no puedo tenerlo.

Usemos el sentido común (o sea, coaching):

  • ¿de verdad no puedo tenerlo?
  • ¿estoy dispuesto a pagar el precio de lo que esa persona hace para tenerlo?
  • ¿de verdad quiero tenerlo?
  • ¿ a lo mejor siento que simplemente no merezco tenerlo?

Detrás de la envidia, suele estar casi siempre el problema de la baja autoestima. Me siento inferior, siento que no seré capaz, siento que no merezco ese éxito, creo que no me corresponde, que no lo conseguiré tener nunca.

Por eso es tan importante conectar con la energía del amor para diluir la fuerza de la envidia, sintiéndonos parte del Todo. Sentir que si a esa persona le va bien ahora y a mí no, ¿y si la siguiente en tener éxito seré yo?

Y sobre todo preguntarme: ¿qué puedo aprender de esa persona para tener lo mismo que ella?

En lugar de rechazar, incluir a la otra persona en tu vida. En lugar de potenciar la sensación de inferioridad (envidia), potenciar la sensación de igualdad (admiración).

Qué hacer cuando te envidia alguien

Y cuando eres el blanco de las envidias, cuando eres tú la persona envidiada, ocurren dos cosas (al menos en mi caso):

    1. Te sientes halagada porque si te envidian es que algo haces bien, porque destacas y estás acercándote al éxito
    2. Sentir envidia también es muy doloroso. La he sentido en varias ocasiones en mi vida...

El problema no es la relación con la otra persona, nunca es la relación, nunca es la otra persona. Es la emoción desagradable o incómoda que te produce sentirte envidiada.

En mi caso siento rechazo cuando alguien me envidia. Como siempre es mi interpretación de la realidad y es mi emoción, por lo que no es correcta ni incorrecta, es la que siento. Es una emoción que viene de mi infancia, de mi propio trauma y dolor... Por eso quizás reprimí mis ganas a brillar, para no despertar envidias ni incomodidades en nadie...

Como buen eneatipo 9 que soy, no sé gestionar el enfado de otras personas, por eso me amoldé a estar siempre en segundo plano, porque así no molestaba a los demás y hasta podía caerles bien.

Por mi necesidad de recibir amor he ayudado demasiado a personas que ni siquiera me lo pedían. Lo hacía sin que me lo pidieran. Cuando por alguna razón esas personas se alejaban de mi vida o me reclamaban algo, yo me preguntaba: ¿cómo era posible que después de darles tanto me correspondieran con tan poco?

Obviamente el problema era mío, no de ellos. Era yo quien decidía dar tanto, creyendo que me iban a corresponder con lo mismo o al menos con algo.

Pero la vida no funciona así. La vida es como la ley del espejo: cuando interactuamos y surgen problemas, estamos viendo nuestras carencias reflejadas en el otro. En mi caso, mi necesidad de aprobación, de que me acepten y me amen. En el caso de la otra persona, su falta de valía personal reflejada a través de mi éxito que cree inalcanzable para sí misma.

Así que si te duele sentirte envidiado, pregúntate: ¿qué me duele realmente? Si es el rechazo, entonces trabaja en ello, aprende a amarte y sobre todo no realices en tu día a día actos altruistas buscando aprobación de los demás, buscando amor fuera.

En ningún momento quiero juzgar a nadie. Como ves, yo pasé por lo mismo, soy un ser humano y es de humanos sentir envidia. Simplemente quiero reflexionar acerca de este tema que muchas veces callamos, porque es un tema del que nos avergonzamos, porque la envidia es un tema tabú.

Sí, sé que el éxito puede que haga que se alejen ciertas personas de ti pero también se te acercarán otras muchas. Y en realidad todo este juego es parte de la vida, es parte de tu proceso y del mío.

Y ahora, ¿te atreverías a contar en los comentarios si alguna vez sentiste envidia y qué hiciste con ella? O tal vez, al contrario, te sentiste envidiada, ¿cómo reaccionaste, te dolió como a mí o lo tomaste como un cumplido?


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