El mundo está cambiando. La sociedad, los hábitos, los puestos de trabajo y las empresas lo ponen de manifiesto. La tecnología lo está transformando todo. Las nuevas generaciones, los “nativos digitales” (que viven con la tecnología desde pequeños) ya usan cada vez más la Intranet, el e-learning, el cloud computing o la nube, etc, en su aprendizaje. Está cambiando la forma en que se entrega el conocimiento. Lo podemos ver, por ejemplo, en el auge del e-learning (por la flexibilidad horaria y una mayor comodidad), que cambiará la forma en que conocemos el actual sector de la Educación.
Vivimos en “la Era del Conocimiento”, donde el conocimiento como factor productivo se valora más que el capital, supone el crecimiento del valor intangible de las entidades y crea un ecosistema mucho más informado e interactivo entre las personas (aspecto relacionado con “el Talentismo” acuñado por Juan Carlos Cubeiro). En la actualidad, estamos sobrecargados de información o “infoxicados”. Gracias a Internet, disponemos de mucha información y conocimiento a tan sólo unos clicks. Ahora disponemos de plataformas gratuitas (y muy buenas) como, por ejemplo, Coursera, edX, etc y disponemos de mucha información por la Red (que se puede encontrar fácilmente a través de los buscadores). Esto hace que el actual sistema de enseñanza presencial pierda valor si mayoritariamente los profesores se limitan a dictar o leer en las clases. Es por ello que se está demandando una mayor formación online entre los alumnos.
Las tendencias muestran que los Colegios, Universidades y Escuelas de Negocios serán muy diferentes en el futuro. Se enfrentan a un cambio lento, pero inevitable. Habrá alumnos de diversas edades (no sólo jóvenes, sino también adultos y tercera edad) y nacionalidades, que asistirán menos a clase y trabajarán más frente a un ordenador en un campus virtual. Peter Norvig lo demostró a nivel online con una clase de más de 100.000 estudiantes.
Por tanto, el reto está en crear un nuevo modelo de negocio sostenible en el sector de la Educación. Las que no trabajen de forma disruptiva, se quedarán atrás. Las instituciones más ágiles “se comerán” a las más lentas. No será una transformación sencilla y se tendrá que cambiar la propuesta de valor. Habrá instituciones 100% presenciales (que usen también algo de soporte digital), otras que sean 100% online y, por último, otras que combinen ambos formatos. Independientemente del modelo de negocio, sólo sobrevivirán los centros educativos que demuestren que aportan un valor añadido a sus potenciales clientes. La interacción personal con profesores seguirá siendo necesaria siempre y cuando aporte un valor añadido superior al que se puede encontrar en Internet. El Método del Caso ayuda mucho también en este sentido. Asimismo, crear experiencias con visitas a empresas, eventos de Networking, etc, serán muy importantes también en las propuestas de valor.
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photo credit: Sarah M Stewart via photopin cc
publicado el 23 marzo a las 23:26
como experto en educacion digital futuro, estoy muy de acuerdo con estos cambios en la sociedad del conocimiento, que bueno.