Revista Cultura y Ocio

La esclavitud en la polis griega

Publicado el 29 octubre 2018 por Academiacruellas

Desde Academia Cruellas vemos cómo evolucionó la esclavitud en la polis griega. El crecimiento económico en Grecia ocasionó un incremento de la esclavitud. El número de esclavos creció en las ciudades griegas más rápidamente que el número de metecos. Los ciudadanos y los metecos utilizaban a los esclavos en los trabajos de taller, aunque a partir del siglo V a. de C. los encontramos en la agricultura.

Por norma general, los esclavos eran traídos a Grecia desde lugares lejanos. El motivo fundamental fue la coerción extraeconómica de los no griegos, a los que el propio Aristóteles consideraba como esclavos natos. También es verdad que la esclavización de griegos por griegos no era extraña. Por ejemplo, en tiempos de Polícrates, los habitantes de la isla de Lesbos, fueron hechos prisioneros de guerra, los ataron a fuertes cadenas y fueron enviados, como esclavos, a trabajar en la fortificación de la ciudad de Samos.

La esclavitud por deudas impagadas fue abolida en la Atenas de Solón, pero se conservó en algunos lugares de Grecia. Los metecos y los libertos volvían al estado de esclavitud en el caso de no cumplir sus obligaciones con el Estado. De igual forma, las personas que se adjudicaban ilegalmente los derechos de ciudadanía y los extranjeros que contra la ley contraían matrimonio con ciudadanos atenienses, también eran castigadas con la esclavitud.

El centro principal del comercio esclavista en el siglo V era Atenas, donde mensualmente se organizaban subastas de esclavos. Los que quedaban sin vender eran trasladados a otros mercados secundarios. En el mercado se exponía a los esclavos sobre un tablado y su vendedor, explicaba ante los compradores las cualidades del esclavo. Los precios oscilaban en función de la oferta y de la demanda. Pero, en el año 418 un esclavo varón valía en torno a los 167 dracmas, y una mujer oscilaba entre un mínimo de 135 dracmas a un máximo de 220 dracmas.

Los hijos de esclavos, al igual que los de una persona libre y una esclava, pertenecían al propietario en cuya casa había nacido. Además, el padre libre podía declarar libre a su hijo, si bien este no obtenía los plenos derechos de ciudadanía. Solamente en circunstancias muy especiales (disminución en el número de ciudadanos), los hijos de matrimonios entre personas libres y esclavas se convertían en ciudadanos con plenos derechos.

Desde el punto de vista jurídico, el esclavo no era considerado un ser humano. No tenía familia; las relaciones familiares entre esclavos y esclavas no eran consideradas como matrimonios; los hijos de una esclava eran una cría perteneciente al amo de la madre. Por lo tanto, los esclavos estaban en poder de sus amos. El propietario podía obligar al esclavo a ocupar un determinado oficio, podía venderlo o incluso matarlo. Sólo posteriormente, el derecho del esclavista a matar a su esclavo quedó limitado por la ley.


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