Conocida como escobonera o escoba de cabezuelas, bajo la común Mantilsaca salmantica que crece en los alrededores de casillas de campo, terrenos cultivados y bordes de los caminos se esconde una de las plantas más estimadas por las antiguas gentes del mundo rural de antaño. Una de las especies que proporcionaba la materia prima en la mayoría de comarcas rurales mediterráneas e ibéricas para la fabricación de los apreciados escobones bastos.
B.MontesLa escobonera o escoba de cabezuelas (Mantisalca salmantica) es una hierba perenne de la familia de las compuestas,de distribución mediterránea, de hábitat ruderal arvense que tiene predilección por lugares nitrificados como son los bordes de caminos, cortijadas y caseríos de campo, en parte a que fue propagada de forma indirecta o artificialmente por su interés etnobotánico para la fabricación de los escobones y como hipoglucemiante para bajar los niveles de azúcar usándose para tratar las diabetes.
Especie muy relacionada con las centauras (Centaurea sp.), género en el cual a menudo ha sido incluida. Es de porte erecto con roseta de hojas basales divididas y que se van reduciendo a lo largo del tallo y apareciendo más enteras hasta llegar a lineales en los extremos cercanos a los capítulos florales. Los capítulos son solitarios ovoideos y, con brácteas verdes y coriáceas terminadas en una pequeña punta oscura y aguda. Florece de Junio a Septiembre y se cría desde unos 200m hasta los 1600m sobre el nivel del mar.
El botánico especialista en asteráceas vizconde de Cassini quiso separarlas del género Centaurea L., tomó como base la especie que Linneo había llamado Centaurea salmantica L. y jugó barajando las sílabas del nombre de la especie, salmantica ("Salamanca") para formar este anagrama manti-sal-ca. Así en 1818 creó el nombre del nuevo género Mantisalca Cass. al que pertenece ahora la antigua Centaurea salmantica L. que ha quedado como Mantisalca salmantica (L.) Briquet & Cavillier.Y le debió de dar gusto este jugueteo, porque también el autor de otros anagramas en las asteráceas, como Filago L. convertido en Logfia Cass. e incluso Oglifa (Cass.) Cass. y Gnaphalon Lowe convertido en Phagnalon Cass.
Para elaborar el escobón las plantas que podían alcanzar hasta más de un metro de altura y una vez que florecían durante los meses de verano eran cortadas por la base dejando su cepa para cosecha de otros años. Se dejaban secar y entonces atando con cuerda y alambre, manojos bien prietos y dándoles la forma deseaba se confeccionaba los apreciados escobones; en cantidad suficiente para proveerse al menos durante un año.La popular escobonera en la mayoría de lugares de la geografía ibérica se usaba para fabricar tradicionales escobones de gran resistencia y perdurabilidad empleados en las tareas agrícolas, para barrer cuadras, corrales y habitáculos de animales y los rústicos suelos empedrados de las casas de campo y pueblo. En comarcas de las sierras Béticas como la Subbética cordobesa los escobones eran herramientas fundamentales en las diferentes tareas de la era y trilla como las de barrer la era al recoger la "parva", quitar las "granzas" al trigo y cebada cuando se aventaba. Así que resulta evidente que con el paso de los años, el abandono del mundo rural y los nuevos sistemas de cultivo está planta está perdiendo interés por las gentes del campo quedando en el olvido su utilidad y pasando al baúl de la común y extensa flora arvense usada por nuestros antepasados.