Revista Ciencia

La especie que no fue elegida

Por El Ojo De Darwin

La especie que no fue elegidaDicen los antropólogos  que la clave para desencadenar la evolución de la inteligencia humana fue la capacidad que desarrollaron nuestros ancestros para manejar objetos y convertirlos en utensilios.

Cuando los antepasados primates del hombre abandonaron las ramas de los árboles y se decidieron a vivir en tierra firme tuvieron que hacer una elección. Una elección importantísima, que sin sospecharlo provocaría la evolución de nuestro cerebro, nuestra tecnología y nuestra cultura.

Ese simio que bajó del árbol hace más de 2 millones de años no era ninguno de los simios que existen ahora, sino un simio anterior, que ya no existe. Ese simio dió lugar a dos linajes que aún perduran: el de los chimpancés, y el nuestro; el de los hombres. Aquellos eran unos animales principalmente arborícolas, pero que regularmente visitaban el suelo, cada vez con más frecuencia. Hasta que, con el paso de las generaciones, la selección natural hizo evolucionar ciertas partes de sus cuerpos, adaptándolas a su nuevo medio por donde ahora se desplazaban principalmete.

Unos optaron por hacerlo a cuatro patas, apoyando los nudillos de las manos, algo tan infrecuente en el reino animal que tan solo los gorilas hacen del mismo modo, en un interesante caso de convergencia evolutiva. Pero otros en cambio, optaron por caminar erguidos sobre sus piernas. Y eso hizo que sus manos quedaran libres. Ya no las necesitaban para el desplazamiento, ni por árboles, ni por tierra. Así que pudieron especializar esa parte de su cuerpo en algo que cambiaría el mundo para siempre, la manipulación de su entorno. Con ellas podían agarrar objetos, transportarlos eficientemente, y manipularlos de forma precisa gracias a su pericia. Grandes cerebros evolucionaron para explotar las ventajas de esta nueva y maravillosa capacidad. La mano humana es demasiado delicada para caminar sobre ella, y tampoco es buena para colgarse de los árboles. No las necesitamos para esas cosas, ya que somos bípedos.

El bipedismo fué el catalizador de la evolución de la inteligencia humana, por lo que supuso la liberación de las manos como miembros locomotrices y su especialización en la manipulación de objetos y otras habilidades táctiles. Pero hay otros animales tetrápodos que han desarrollado un órgano especial para tales fines sin pasar por la casilla del bipedismo: Los elefantes.

La especie que no fue elegida

Estos mamíferos cuadrúpedos poseen un apéndice asombroso; la trompa. Esta probóscide es en realidad su nariz, que ha crecido hasta alcanzar formidables dimendiones, para convertirse en algo único. La trompa del elefante es un órgano sensorial que juega un papel fundamental en la vida de estos animales. Está constituída por unos 60.000 músculos (el cuerpo humano entero tiene solo 650), y la usan para muchísimas cosas. Con ella exploran el mundo, se relacionan con sus congéneres, se defienden de sus enemigos, toman agua, agarran objetos, los transportan, e incluso los lanzan.

En el siguiente vídeo vemos a una cria de elefante jugando con su trompita. Tiene mucho mundo para explorar con ella cuando termine de explorarse a sí mismo.

Este es un ejemplo de la precisión que alcanzan estos animales con su probóscide. Aquí unos elefantes asiáticos demuestran sus “dotes artísticas”.

Y este último vídeo es el que me dió ganas de ponerme a escribir sobre ellos. Aquí vemos a un elefante africano enfrentándose a un rinoceronte blanco. El elefante toma un palo y se lo coloca en la frente. Parece que así trata de impresionar a su rival. El rinoceronte hace un amago de carga, y el elefante reacciona lanzando el palo. Esto sí logra impresionar a su contrincante. Y a mi también.

Los elefantes son animales muy inteligentes y sociables. Y como vemos, poseen un miembro especializado en la manipulación de su entorno que juega el mismo papel en su vida que nuestras manos humanas en la nuestra. Sin embargo, ellos no han explotado estas cualidades de una forma tan brillante.

Actualmente sólo dos especies de elefante viven aún en la tierra, el elefante asiático (Elephas maximus) y el elefante africano (Loxodonta africana), pero la familia de los proboscídeos es muy antigua y amplia. Antes existían muchísimas más especies de estos trompudos animales. Entre ellos estaban los mamuts y los mastodontes. Estos animales han conquistado un montón de hábitats diferentes durante largos períodos prehistóricos.

Ya son bastante inteligentes. Pertenecen al selecto grupo de animales capaces de superar el test del espejo y autoreconocerse, lo que supone que son conscientes de si mismos. Son emocionalmente sensibles, y su infancia es muy prolongada. Son diestros con la trompa y tienen ingenio para usarla. Muchísimas especies de estos animales se han extinguido en los últimos miles de años, y las últimas dos restantes tampoco es que anden sobradas últimamente. ¿No supondría una ventaja ante la selección natural la explotación de esas cualidades? ¿Por qué no han ido más allá como nosotros? ¿es debido al nicho ecológico que ocupan? ¿Su dieta? ¿Su tamaño?

Creo que resulta interesante plantearse estas cuestiones para comprender las claves de nuestra propia historia natural. ¿Qué opinais?


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