EEUU. 2014.
Allá por el año 1897, un escritor irlandés, llamado Bram Stoker, publicó una novela que, con el paso de los años, se ha convertido en un clásico de la literatura universal y, a pesar de que ya existían escritos sobre el mito de los vampiros, pasó a ser la fuente en la que se inspiran múltiples libros, obras de teatro o películas basadas en el terrorífico y misterioso mundo de los vampiros y en su personaje más famoso por excelencia en el mundo entero: El oscuro e inmortal conde Drácula. Bram Stoker se inspiró para su protagonista en un conocido personaje del siglo XV, el prícipe Vlad Drácula, conocido y recordado como Vlad Tepes, "el empalador". Un héroe que defendió y luchó por la independencia del pueblo rumano frente a los turcos, que destacó por arrasar pueblos enteros y empalar en lanzas a sus habitantes.
Junto a su inmortal protagonista, juega un papel fundamental en la historia el agente de propiedad que visita el misterioso castillo del conde, situado en los montes Cárpatos, en Transilvania, para venderle una casa cerca de Londres, Jonathan Harker. Tras diversas situaciones que ve y padece el joven junto a su anfitrión, la historia se irá complicando llegando a límites insospechados donde se descubrirá la verdadera personalidad del conde y qué es lo que realmente lo mueve, que no es otra cosa que el amor que no ha borrado el paso del tiempo.
Entre las películas que se centran en el personaje de Drácula destacan: Nosferatu, de Friedrich W. Murnau, del año 1922, considerada una de las joyas del cine del expresionismo alemán, la mítica Drácula (1931), de Tod Browning, con un Béla Lugosi que siempre relacionaremos con el conde y que, posteriormente se encasilló en películas del género de terror, también, la productora inglesa Hammer, realizó la serie basada en este personaje que, en este caso lo interpretó Christopher Lee, y llegamos a otra de las películas más conocidas, que ha gustado a múltiples generaciones y que más se pueden comparar con la novela de Stoker, como es: Drácula, de Bram Stoker, dirigida por Francis Ford Coppola en el año 1992 e interpretada por un inolvidable Gary Oldman que para los fans de este personaje, está considerado el mejor Drácula hasta el momento, siendo unas de las mejores interpretaciones del actor a lo largo de su carrera.
Tras el film de Coppola, y después de varias películas, series...en donde los vampiros son los protagonistas o juegan un papel importante en las historias, el director americano Gary Shore, regresa a la gran pantalla con una nueva película basada en los orígenes del conde más famoso de la eternidad: Drácula, la leyenda jamás contada (Dracula Untold).
En la nueva y moderna incursión de este personaje en el cine, Shore, con un guión de Mat Sazana y Burk Sharpless, nos sitúa en los antecedentes del vampiro, antes de convertirse en inmortal y nos explica el porqué de su tranformación.
En Drácula, la leyenda jamás contada, se narra el pasado oscuro de Vlad Tepes, el príncipe rumano en el que se inspiró Stoker, como expliqué con anterioridad para escribir su novela, su trágica juventud cuando se separó de su padre para criarse con los turcos, su fama de empalar a sus víctimas sin ningún tipo de piedad ni de escrúpulos...hasta su regreso para formar su familia y gobernar a su pueblo. Todo cambia cuando su fiel compañero de la juventud, hijo del goberante turco, exige volver a poner en vigor la ley que había sido abolida de arrancar a los niños y jóvenes de sus familias para prepararlos y enfrentarlos al combate, como le sucedió al protagonista. Para evitar separar a su familia y defender a su pueblo, el príncipe se verá obligado a pedir ayuda a alguien que vive sumido en la oscuridad y en las tinieblas. ¿Será capaz Vlad de superar las condiciones de ese trato para salvar a su familia y salir victorioso?.
Con un prólogo prometedor donde el hijo del protagonista cuenta la historia de su famoso padre, la esperada por muchos, en los que me incluyo, nueva versión de uno de los personajes de terror más conocidos y con una interminable legión de seguidores, comienza a situarnos en la trágica historia del príncipe rumano, que vivió lejos de sus seres queridos, rodeado de violencia y lucha, mostrándonos imágenes de su sangrienta juventud que hizo que se convirtiera en uno de los guerreros más temidos por sus enemigos, que mataba sin piedad, sin ningún tipo de miramentos hacia nadie, sin pensar ni sentir nada hasta que regresó a su casa y formó su familia.
Fue en ese momento de estabilidad, de tranquilidad cuando el príncipe Vlad intentó olvidar su horrible pasado y borrar toda violencia pasándo a ser un padre, un marido y un gobernante ejemplar, pero, para su desgracia, la paz no duró demasiado. A partir de ese instante, comienza una lucha interior del protagonista por salvar a su familia y a su pueblo, que lo lleva hacia una extraña cueva sumida en las tinieblas, donde habita una extraña criatura con la que llega a un terrible trato para convertirse en un ser invencible y así, derrotar a sus enemigos porque las personas temen a un monstruo y no a un héroe.
Hasta ese momento la historia se intuía interesante, intrigante y emocionante para el espectador, ya que, se nos presenta el personaje de Drácula como humano, mortal, como un padre que ama y lucha por su familia, algo original, porque estamos acostumbrados a verlo representado directamente como un mostruo, que puede considerarse como una versión extendida del recuerdo del pasado de Drácula en la película de Coppola, con un protagonista que Luke Evans retrata a la perfección mostrándonos momentos de alegría con su familia, de miedo y emoción cuando teme perderla, de fuerza y serenidad cuando es invensible, de rabia e impotencia cuando pasa a ser inmortal...en definitiva, lo mejor sin duda del film es el propio Evans junto con un inquietante Dominic Cooper, que interpreta al ser oscuro que da la solución a Vlad para derrotar a los turcos.
Destacando ambas interpretaciones, donde se nos muestra a un hombre que por amor a los suyos se arrastra hasta su tumba en busca de la esperanza, un hombre que haría lo que fuese para resolver la situación de su pueblo, donde se representa el poder de la oscuridad frente a la luz...el resto de la película, aunque prometía mucho, se queda en una narración de los orígenes del vampiro plagada de acción sin más, efectos especiales que crean escenas, en ocasiones algo inverosímiles, por muy invencible que sea el protagonista, con algún error de racord que otro, donde prima la lucha, la sangre, dejando a un lado la emoción y la propia historia que intenta salir a flote en momentos determinados del film. Una película que, pese a mis espectativas, considero un blockbuster que entretiene y consigue emocionarte y sobresaltarte en alguna ocasión aislada, eso sí, pero que, tristemente nos muestra un Drácula que recuerda más a un súper héroe que al de la propia leyenda.
Drácula. la leyenda jamás contada (Dracula Untold). Gary Shore. EEUU. 2014.
- Director: Gary Shore.
- Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless.
- Música: Ramin Djawadi.
- Fotografía: John Schwartzman.
- Reparto: Luke Evans, Sarah Gadon, Dominic Cooper, Zach McGowan, Samantha Barks, Thor Kristjansson, Art Parkinson.