Basado en la novela homónima de Boris Vian, La espuma de los días es un delicioso cuento de amor que utiliza recursos propios de la animación para describir la magia del enamoramiento y la locura. El stop motion se abre paso al inicio de la narración, presentando a Colin, su casa, un ratón que en ella habita y su círculo de amistades. Las escenas más animadas (tanto en estilo como en formato) van volviéndose tenebrosas conforme avanza la enfermedad de Chloe. Así, los colores tornan grises, el humor es más negro y la casa de Colin se transforma en una lúgubre morada cubierta de telas de araña cuyas paredes comienzan a estrecharse hasta convertir el lugar en inhabitable.
Michel Gondry vuelve a utilizar el surrealismo del que hiciera gala en ¡Olvídate de mí! (2004) para contar una historia de amor diferente, llena de metáforas y diálogos incorrectos entre los que se cuela alguna que otra crítica a instituciones o modos de vida tóxicos.Romain Duris es el enamorado Colin y Audrey Tautou, la frágil Chloe. Resulta inevitable la comparación con Amelie (2001) u Odette, una comedia sobre la felicidad (2007) en la que los recursos de animación también se empleaban para transmitir al espectador el estado de ánimo de los protagonistas. En La espuma de los días va más allá. En algunos momentos, la sucesión constante de artificios visuales distraen y dispersan la atención sobre la historia principal que, tras la fatídica noticia del nenúfar creciente, se reconduce llevando una línea de narración más sobria y centrada.
El premiado Omar Sy (Intocable (2011)), Gad Emaleh (Un engaño de lujo), Aïssa Maïga y Charlotte Le Bon completan el reparto de este agridulce cuento de amor.