La eyaculación precoz: ¿cómo abordarla?

Muchos hombres sufren de eyaculación precoz, la cual sucede como respuesta a una estimulación sexual mínima, ya sea antes, durante o poco tiempo después de la penetración.

Las personas que la padecen, a veces no pueden evitar sentirse avergonzadas y culpables, pues llegan a entenderla como una falta de hombría, experimentando la sensación de no haber sido capaces de satisfacer a su pareja. Por eso, es importante que empecemos a eliminar algunos mitos y tabúes con respecto a este tema.

Lo primero que resulta fundamental es entender que nadie es culpable de dificultades como esta o la impotencia. Está claro que a nadie le gusta que les ocurran, por lo que es algo totalmente involuntario y que no debiésemos tomarnos con una excesiva responsabilidad.

Por otro lado, tan elemental como lo anterior es que seamos capaces de poner los medios para solucionar el problema. En el caso de la eyaculación precoz, hemos de resaltar que la gran mayoría de los factores que inciden en su aparición son de carácter psicológico, con una escasa influencia de los factores médicos.

El primer paso bien podría ser comentar a tu pareja cómo estás viviendo el problema. De nada sirve que trates de ocultarlo mirando para otro lado y aparentando que todo va bien para luego acabar preocupándote tú sólo. Piensa que tu pareja está para ayudarte, y es un asunto que os incumbe a los dos, por lo que la comunicación es esencial.

Por otro lado, deberías hacer un esfuerzo por tratar de borrar las falsas concepciones o reglas generales que hayas podido crear en tu cabeza a raíz del problema. Por ejemplo, no debes pensar cosas como “soy malo en la cama, seguro que nadie querrá practicar sexo conmigo” o “esto no tiene solución y siempre será así”. Piensa que todo en la vida puede mejorar, y has de luchar para que sea así.

Finalmente comentaremos un par de técnicas de uso extendido y de resultados positivos: la técnica de parada y arranque y la del apretón basilar.

La primera consiste en ir aumentando poco a poco el tiempo del coito, deteniéndose varias veces durante algunos segundos al notar las primeras sensaciones de urgencia eyaculatoria.

El apretón basilar trata de contener la eyaculación durante algún tiempo, mediante la presión ejercida en la base del glande ante la necesidad de eyacular. Esto puede hacerlo uno mismo o con la ayuda de la pareja.

De todo lo comentado concluiremos reseñando que la práctica sexual es un acto para el goce e intercambio de afecto, en el que no es necesario demostrar nada y en el que el único objetivo es el disfrute y la unión íntima de dos personas.