Hace unos días mi amigo Fernando me mandó una foto que me sacó una sonrisa que aún no puedo quitarme de la cara.
Este es el momento en el que Rubén, su hijo, se convierte en un nuevo abonado del Atlético de Madrid
Fernando es abonado antiguo junto a su madre, Mati, una de nuestras queridas abuelas rojiblancas, que solo ha faltado al Calderón cuando una maldita enfermedad se puso en su camino, pero esa enfermedad no sabia que se enfrentaba a una gran mujer y que tenía todas las de perder ¡¡¡ BIEN POR TI MATI !!!Su hermana y su sobrino vienen de muy lejos para ver a su amado equipo, y por supuesto, Fernando, cada vez que puede se baja al campo con Ismael, su primer hijo, que grita ¡¡¡ ATLETI, ATLETI !!! de manera atronadora (yo no le he oído decir nada más).
Pero la familia rojiblanca va más allá de los genes. Todos los que tenemos “el escudo del Atléti tatuado en el corazón” nos sentimos como hermanos. Nos une la lucha, la entrega, la pasión. Estamos juntos en los buenos y en los malos momentos, ¿hace falta recordar la lección que dimos cuando el equipo bajó a segunda división?Por eso cuando veo la foto de Fernando y Rubén pienso que ese niño va a crecer con miles de padrinos, todos los atléticos.
Forza Atleti.