Los fisiócratas consideraban al sistema económico como un organismo regido por una leyes, y por lo tanto podían tratarlo de forma científica. La premisa que funda su discurso es la existencia de un “orden natural” de la sociedad, de la misma forma que ocurre en la naturaleza física. Ahora bien, a diferencia de lo que ocurre en la naturaleza física, la sociedad puede encontrarse muy lejos de su propio “orden”. Dicho orden es el “natural” si los hombres no obstaculizan el libre desarrollo de las diversas fuerzas que obran en la sociedad, ya que la propia sociedad tiende a funcionar según unas leyes propias.
Esta idea era sugerida a los fisiócratas por la difusión de la economía mercantil. La fisiocracia identifica en un elemento de naturaleza económica la base de la constitución del orden natural. El conjunto de los hombres forman una sociedad, es decir, una unidad regida por leyes necesarias sólo en cuanto las actividades económicas de los hombres sean reducidas e integradas a través de un proceso que únicamente el cambio puede realizar.
Además, tenemos que tener en cuenta, para comprender el orden de la sociedad mercantil, la estructura económica de Francia a mediados del siglo XVIII. Esta era una economía básicamente agrícola, con un tipo de propiedad señorial. Ahora bien, en la agricultura ya funcionaba el capitalismo con una serie de arrendatarios capitalistas en las provincias septentrionales, mientras que en las meridionales predominaba el campesino de autosuficiencia. Por otro lado, las actividades manufactureras y comerciales eran todavía muy escasas en la ciudad. Eso sí, predominaban las formas artesanales. De los dos tipos de agricultura que predominaban, la capitalista y la campesina, lógicamente resultaba victoriosa la primera en términos de productividad, y ello sugería a los fisiócratas la idea de que la dirección de tipo capitalista -basada en la responsabilidad y capacidad empresarial de los arrendatarios burgueses- era más avanzada y más deseable que las otras formas de dirección. La presencia de formas no capitalistas era considerada como el residuo de una época que tendría que ser superada tras una fase de transición. Ahora bien, este esquema no lo consideraban en las actividades ciudadanas, para las cuales consideraban que la estructura artesanal era la forma natural de gestión. Fijaros que es curiosa la actitud de los fisiócratas. Por un lado se dan cuenta de la gran fuerza del capitalismo como forma de gestión del proceso productivo hasta el punto de dirigir su extensión a todo el sector agrícola; pero, por otro lado, no se percatan de la profunda transformación que el capitalismo puede producir en las actividades manufactureras. ¿Por qué? Porque para los fisiócratas la tareas histórica del capitalismo consiste en una ampliación, que el propio capitalismo hace posible, del excedente, y por eso, su presencia tene un significado y una importancia económica real en aquellas actividades en las cuales el excedente se forma, y puede ser ampliado. Su otra tesis, según la cual el excedente tiene lugar solamente en la agricultura es la consecuencia de su idea según la cual el capitalismo es un orden solamente propio de la agricultura. Ello es así porque el excedente sólo existe en la agricultura.
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