Revista Ciencia

La fluorescencia camina a nuestro lado

Publicado el 08 octubre 2011 por Alguiendesdelatierra @ADLTblog

[Tras resolver algunos asuntos personales, ADLTblog retoma su actividad normal de una publicación semanal.
Apovecho también, este momento, para comunicar el aplazamiento del documental "Soy lo que comes" con el fin de obtener mayor documentación audiovisual y una mejor realización.
Por último, pido disculpas por las molestias ocasionadas por este periodo de inactividad en el blog.]


La fluorescencia camina a nuestro lado.En el año 2000 la coneja Alba es presentada en público como una obra de arte de Eduardo Kac, padre del "arte transgénico". Su peculiaridad es que, sen ausencia de luz, su piel desprende un brillo verde, como si se tratase de una luciérnaga.
A partir del 2002, cada vez ven la luz más casos sobre modificaciones genéticas en distintas especies de animales.  La empresa Taikong se convirtió en la pionera en este tipo de experimentacion al publicar sus logros sobre la concepción de un pez fluorescente que saldría al mercado en breve. Era el año 2002, cuando el pez TK-1 pasaría a ser el primer animal, puesto a la venta, modificado genéticamente para que su piel resultase fluorescente.
La fluorescencia camina a nuestro lado.Su código genético habría sido alterado, al igual que el de Alba, añadiendo la proteína GFP (green fluorescent protein) presente en la variedad de medusas denominada Aequorea victoria (la cual emite bioluminescencia en la zona verde del espectro visible), descubierta en 1960 por Osamu Shimomura.
La fluorescencia camina a nuestro lado.
La fluorescencia camina a nuestro lado.El TK-1 se incorporó rápidamente al mercado con el nombre de Pez frankenstein o Night pearl, no por filtración, sino por decisión de la propia Taikong a través de webs como "glowingpets.com". El negocio era claro, un pez no modificado costaba 2€ mientras que uno transgénico 20€.
Con el paso de los años mejorarían su técnica hasta obtener un "producto" disponible en distintos colores fluorescentes, e incluso no tardarían en añadir más especies a sus experimentos.
La fluorescencia camina a nuestro lado.
En 2003, es Level biotech la que anuncia otro "avance" en este campo; han logrado obtener ratones con genes fluorescentes implantados en etapa embrionaria, aunando modificación genética con transplante. En este caso la intrusión de la proteína GFP no se realizaba en probeta de laboratorio sino en el propio feto en medio del periodo de gestación.
La siguiente especie con la que probar esta proteína sería la Felis silvestris catus (gatos). El proceso a realizar fue el siguiente:
La fluorescencia camina a nuestro lado.
La fluorescencia camina a nuestro lado.Más tarde, en 2006, aparecen en Taiwan los primeros cerdos fosforescentes. Les suceden los monos poco después.
Se volverá a hablar de los cerdos fluorescentes en el año 2008, al lograr que la proteína fluorescente de una cerda sea heredada por sus lechones.
La fluorescencia camina a nuestro lado.         La fluorescencia camina a nuestro lado.
En 2009, desde Corea del Sur se hacen públicas las imágenes de perros, en este caso no emiten luz verdosa sino de un color rojizo. Continúa la justificación de que es para encontrar la cura de enfermedades del ser humano.
La fluorescencia camina a nuestro lado.
Hasta el momento, la experimentación con animales modificados genéticamente (transgénicos) para que emitiesen luz, había sido justificada como un avance que facilita el estudio de enfermedades como el alzheimer, el cáncer o el parkinson; nunca bajo interés comercial.  La GFP actuaría como un marcador para estudiar en vivo procesos biológicos de modo que facilitase el seguimiento del desarrollo de estas enfermedades a través de los tejidos de los animales de laboratorio.
Tras esta gran cadena de experimentación, será en el año 2010 cuando salte la alarma medioambiental al ponerse a la venta peces fluorescentes esterilizados, pero que pueden reproducirse. Diversas asociaciones medioambientales y que miran por el bienestar del ecosistema advierten, que en caso de que los ciudadanos los liberasen en ríos o lagos, estos peces podrían reproducirse con especies autóctonas provocando una hibridación al modificarse la cadena genética con la proteína fluorescente. En un caso extremo, las especies nativas llegarían a desaparecer.
Y no solo eso, sino que esta falta de control sobre transgénicos podría derivar en que la propia proteína GFP acabase modificando el ADN de todas las especies, a largo plazo, incluso el del ser humano.
Algunos de estos animales ya están en el mercado, a disposición del público.
... Los habitantes de La Tierra giran en dirección contraria a la de su planeta ....


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