Después de estos dos años y medio (casi), me he dado cuenta de que cada vez que hay que organizar una cena/comida/despedida/evento me cae a mi el marrón. Y vamos, si ya quedo con J y con mi querido primo (sí, el del brownie!), y no reservo yo, lo de cenar se vuelve complicado: después de cuatro intentos fallidos, acabamos dando vueltas por la Gran vía, sin rumbo, más de las diez y media de un sábado, y nosostros sin reserva para cenar, ni sitio en ninguno de los restaurantes que queríamos. Total, que acabamos en una franquicia, con pocas ganas, pero con hambre.
La Fontana está cerca del parque de Doña Casilda, un restaurante grande, donde no hubo problema para cenar. Una chica joven nos acompañó a nuestra mesa, y nos tomó nota de la cena para los tres: ensalada Fontana, pizza Fontana, pasta rellena de setas con salsa Fontana y solomillo de cerdo. Vamos que no nos comimos mucho la cabeza. De hecho, al hacer el pedido, aquí mis chicos vacilaron a la camarera, preguntando a ver si no nos hacían descuento por pedir todo "Fontana". Descuento no, pero que se apuntaba a cenar con nosotros, ya nos lo soltó. Sí, la camarera no sé si quería ligar con mi primo, con J, o con los dos. Menuda lista. #mischicossonmios
Llegó la ensalada y con ella, un grito de Chicote: y veeeenga reducción de módena. De la ensalada nada que destacar, aparece nuestra amiga Florette, unos croutons, que tenían pinta de ser de la misma marca, y no recuerdo más ingredientes, aparte de litros de módena. A la vez, llegaron la pizza, la pasta y el solomillo, y de verdad, nada destacable, aparte de las risas que hicimos mientras la camarera seguía intentando ligarse a uno de los dos chicos. La pizza, mejor de lo que esperaba, masa fina, y con bastantes ingredientes, la verdad es que entre amigos, nos supo a gloria. Cuando vi el plato de pasta, oi a Chicote por segunda vez, ¡perejil seco! ¿qué necesidad hay de poner esto? Ni idea... A mi la pasta rellena me encanta, pena que a ésta no le encontré tanto sabor a setas como esperaba, pero vaya, me la comí alegremente. Del plato de solomillo de J, nos comimos sus patatas, ignorando por completo el solomillo, que tenía una salsa que ni sabíamos a qué sabía exactamente. Pero oye, no veas lo buenas que estában las patatas. De hecho, empezamos a desvariar y acabamos versionando en nuestra mente las famosas "bacon cheese fries" del Foster Hollywood, cambiando las patatas normales por las deluxe.
Recuerdo que sacaron un postre que compartieron los chicos, y que no les marcó mucho, ya que ni ellos ni yo recordamos qué era.
LA FONTANA http://www.lafontanatrattoria.esMáximo Aguirre, 7. Bilbao.
Cuando acabo en una cadena de restaurantes suele ser por no haber reservado antes. La verdad es que el recuerdo que tengo es de una comida muy parecida a Trastevere, o La Taggliatella, de hecho me apuesto una cena en Mugaritz a que comparten platos, e incluso, proveedores. de materias primas. Al final, por un precio medio, comes/cenas, de una manera correcta, pero sin ser uno de los sitios a los que volvería. Eso si, para ir con niños, una maravilla.