La gestación es el período desde la concepción hasta el nacimiento. El promedio de duración de la gestación de los gatos es de 65 días. Los gatitos nacidos entre el día 63 y el día 69 entran dentro del rango normal. Los gatos siameses pueden tener a sus cachorros a los 71 días. Sin embargo, si los gatitos nacen antes de 60 días, por lo general serán demasiado inmaduros para sobrevivir.
El útero de una gata tiene dos cuernos que están conectados a la cavidad uterina central. El desarrollo de los gatitos, rodeado de sus placentas, se lleva a cabo dentro de los cuernos uterinos.
Detección del embarazo
En la actualidad, no existe ninguna prueba de detección de embarazo disponible para los gatas de la misma forma que para las personas. Durante las primeras semanas de gestación, se detectan muy pocos signos a excepción de un ligero aumento de peso. Una ecografía abdominal realizada por un especialista puede detectar el embarazo desde el día 15. Los latidos del feto, detectables desde el día 20, proporcionan indicaciones absolutas de vida.
El útero del gato tiene forma de Y con un cuerno en cada lado. Los gatitos crecen y se desarrollan en los cuernos uterinos. Veinte días después de la concepción, los embriones se pueden sentir palpando el abdomen de la madre. Palpar el abdomen de la gata requiere experiencia y delicadeza, y sólo debe ser realizado por un veterinario o un criador experimentado. Aplastar la tripa de la madre de manera excesiva puede dañar la placenta y al feto y causar un aborto involuntario.
En ocasiones las gatas sufren de vómitos. Ésto sucede generalmente durante la tercera o cuarta semana de embarazo y se debe a los cambios hormonales y al estiramiento y distensión del útero. Puedes notar que tu gatita parece apática. Las náuseas del embarazo duran sólo unos pocos días. A menos que estés especialmente atento, puede que ni siquiera lo notes. Si tu gata pasa más de dos días sin comer o beber, deberás llevarla al veterinario.
El test de relaxina (hormona específica del embarazo en la gata, producida por la placenta) que se comercializa para perros también es válido para detectar el embarazo en las gatas después de aproximadamente 30 días.
A los 35 días, los pezones se vuelven de color rosa y el tamaño de la barriga va en aumento. Los fetos están flotando en cápsulas de fluido y ya no pueden ser detectados por palpación. A medida que se acerca el momento del nacimiento, los senos aumentan de tamaño y de los pezones puede salir un líquido lechoso. Sin embargo, muchas gatas tienen agrandamiento de las mamas después del periodo normal de menstruación, así que ésto por sí solo no debería dar lugar a un diagnóstico de gestación.
Las ecografías se caracterizan por ser muy precisas bastante pronto en la detección del embarazo, pero no son tan válidas como los rayos X para determinar el número exacto de fetos. La ecografía puede indicar la viabilidad del embarazo mostrando los latidos del corazón de los fetos. Una radiografía abdominal mostrará la estructura ósea de los fetos pasado el día 43 de embarazo.
Los rayos X también se utilizan como una alternativa a la ecografía cuando es necesario distinguir entre el embarazo, el falso embarazo (también llamado pseudopreñez) y la piómetra. Los rayos X deben evitarse en la etapa temprana del embarazo.
Sobre el día 49, los gatitos tienen forma de salchicha y sus cabezas son lo suficientemente grandes como para ser identificadas como estructuras separadas. Los últimos signos del embarazo son un abdomen en forma de pera y los movimientos fetales, fácilmente detectables durante las últimas dos semanas.
Controles prenatales
La primera visita prenatal se debe hacer dos o tres semanas después del apareamiento. Las pruebas adicionales que tu veterinario crea oportunas se pueden programar a partir de este momento. Tu veterinario valorará cualquier cambio en la dieta o los suplementos que podrían ser indicados. Los parásitos intestinales, si están presentes, también deben ser tratados por tu veterinario.
Las vacunas, la mayoría de los medicamentos y muchos productos antiparasitarios no son recomendables una vez que se ha verificado el embarazo. Éstos incluyen algunos de los tratamientos insecticidas y contra las pulgas, los medicamentos antiparasitarios y ciertas hormonas y antibióticos. Los medicamentos contra la tenia, en particular, pueden ser muy tóxicos. Droncit® es un tenicida seguro para el uso en gatas preñadas. Las pipetas Revolution® son un producto de control de pulgas aprobado para su uso en gatas gestantes y lactantes. Las vacunas contra virus vivos (por ejemplo, la panleucopenia felina y el virus respiratorio felino) no deben administrarse a las gatas embarazadas. Consulta con tu veterinario antes de administrar cualquier medicamento o suplemento a una gata embarazada.
Una semana antes de la fecha esperada del nacimiento de los gatitos, concierta una cita con tu veterinario para hacer una última prueba. Tu veterinario querrá hablarte sobre los procedimientos normales durante el parto, alertarte sobre los posibles problemas, y te dará instrucciones para el cuidado de los recién nacidos.