El director de Training day, Antoine Fuqua, se sale de su habitual género de acción para intentarlo en una comedia al más puro estilo americano, sin vergüenzas y de fácil digestión. Con estos ocho actores (Diane Keaton, Robert de Niro, Susan Sarandon, Robin Williams…) como peones en el tablero, muy buenos tienen que ser sus adversarios para que no desborde la taquilla este fin de semana.
El cartel lo dice todo, no miente. La gran boda promete una comedia americana, con caras conocidas y ligera de cargas. El resultado es ése: una perfecta -y agradecida- hora y media de chistes, situaciones cómicas y personajes con problemas que se resuelven siempre fácilmente y con un final feliz de la mano del que comanda la troupe, un Robert de Niro que ya le ha cogido gusto al pater familias y hace y deshace a su antojo.
La boda es, en realidad, una simple excusa para mezclar a dos familias muy diferentes y crear el conflicto cómico entre la racista y el colombiano, el virgen y la promiscua y el sexo en la tercera edad, que siempre resuelve algún que otro hueco de guión más bien que mal. Las actuaciones funcionan por sí solas puesto que para la mayoría de ellos no es nada nuevo hacer reír. Y, por muy previsible y prefabricado que sea el producto, sigue funcionando.Por algo será.
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