Después de varias semanas, todavía persiste en mi memoria el fétido olor de aquella letrina separada por un sucio muro mugriento, que de vez en cuando, rugía despertándome a cada rato recordándome donde estaba “La Habitación Oscura”.
Agarrándome a mis recuerdos trataba de sostenerme moralmente lo mejor que pude para soportar la angustia de saberme retenido contra mi voluntad.
Apenas siete metros de largo por tres de ancho, fueron recorridos muchas veces, para apaciguar mi desazón sabeedor que mi inocencia sería lapidada por la verdad.
Los Recuerdos, se agolpaban en mi memoria pidiéndome paso, pensamientos buenos y malos, para amenizar la espera. A ratos el silencio se abría paso, pero de una forma u otra era siempre interrumpido por algún suspiro, alguna queja u otro sonido inesperado, que truncaba la ficticia paz impuesta por la soledad de aquel lugar.
Desorientado, sin saber qué hora era, ignorando si era de noche o de día, me distraía con recuerdos que apaciguaban mi ansiedad, fingía eludir la suciedad que toda mi ropa desprendía por la falta de higiene personal, y a veces, las lágrimas derramadas ocupaban mi mente otorgándome un poco de desahogo.
Dio tiempo a hacer un recuento de mis errores, recomponer las piezas de mi puzzle y ordenar cuidadosamente el mapa de mi nueva vida.
¡Que lento transcurrió el tiempo en aquel habitáculo! Parsimonioso casi impasible a la realidad dejada afuera, ajena a mis necesidades o a las de cualquiera que allí estuviera, casi de incógnito desaparece, se detiene se esfuma se evapora…
Recuerdo cada pintada en aquellas funestas paredes, cada mancha dejada en aquellas telas improvisadas donde alguien como yo, plasmó para siempre el recuerdo de su visita forzada.
Sé que algo de mí se quedo allí para siempre, dejé ira, rabia, resignación y alivio al mismo tiempo. Olvidé, no recuerdo qué, quizá algún día alguien lo encuentre. Quizá, jamás salga de allí…
El <8> mágico para mí, presidía aquella celda… fue una señal del cambio que está por llegar.
Para mí fue toda una experiencia que no recomiendo a nadie, pero ahora se me antoja un paso adelante en Mi Camino de Vida.