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La hija del veterinario - Barbara Comyns

Publicado el 20 junio 2014 por Rusta @RustaDevoradora

La hija del veterinario - Barbara ComynsEdición: Alba, 2013 (trad. Catalina Martínez Muñoz)Páginas: 200ISBN: 9788484288251Precio: 19,50 € (e-book: 9,99 €)Leído en versión original.Barbara Comyns (1909-1992) forma parte del cada vez más extenso grupo de escritoras británicas del siglo XX desconocidas para el público español cuya obra se ha traducido al castellano por primera vez en los últimos años. En efecto, la editorial Alba, dentro de la colección Rara avis, ha publicado Y las cucharillas eran de Woolworths (1950; Alba, 2012), su segunda novela, una historia de alto contenido autobiográfico que muestra la precariedad de Londres durante la Gran Depresión con un matrimonio de artistas jóvenes como protagonista; y La hija del veterinario (1959; Alba, 2013), su libro más aclamado, una ficción de tintes góticos que se distancia de esa publicación anterior y ha recibido halagos de autores como Graham Green, Alan Hollinghurst o Sarah Waters.La hija del veterinario se sitúa en el sur de Londres durante la época eduardiana. La narradora, Alice Rowlands, es una joven que vive bajo el control opresivo de un padre tirano mientras cuida de su madre enferma. Este ambiente oscuro se acrecienta por la decoración de la casa, con pieles y restos de animales, y por la presencia de un loro neurótico a modo de símbolo de la locura que subyace tras las paredes de un hogar tan sombrío como este. Cuando la madre muere, el padre la sustituye enseguida por una tabernera ansiosa por tomar las riendas de la vivienda. Demasiado para una Alice desconsolada que, además, esconde un secreto: tiene un don relacionado con lo sobrenatural que no se atreve a desvelar a nadie.La hija del veterinario - Barbara ComynsEl planteamiento debe mucho a los cuentos de hadas (a las primeras versiones, que tenían un punto de crueldad que luego fue dulcificado por Disney), no en vano Lucy Scholes, crítica de The Guardian, considera a Comyns una precursora de Angela Carter. La chica bondadosa, el padre déspota, la madre moribunda o la temida madrasta son perfiles que encajan en los arquetipos de este género, que funcionan a la perfección en La hija del veterinario. La autora posee, asimismo, un toque dickensiano en el retrato de las peculiaridades de los personajes, que siempre tienen algo de extravagante, de grotesco. Estas influencias también resultan notables en Y las cucharillas eran de Woolworths, aunque, probablemente por tratarse de una obra más realista, lo estrambótico no brilla tanto como en la atmosfera asfixiante de La hija del veterinario.La recreación de este ambiente es otro de sus grandes aciertos. La voz cándida de Alice, con su suave sentido del humor, contrasta con los horrores de su alrededor, la muerte, el desamparo, el desamor, narrados desde una calma nerviosa, consciente de desembocar en un desenlace turbador y sin embargo no querer inspirar lástima por él. La autora capta el lado macabro de la realidad y lo plasma con naturalidad, la naturalidad de una joven que lo asume como cotidiano porque se ha acostumbrado a convivir con él y porque, en fin, ella misma es peculiar. Hay escenas escalofriantes, como cuando, con su esposa todavía viva, el padre avisa a unos hombres para que vengan a tomarle medidas para construir el ataúd. La tensión no decae; el libro tiene la extensión perfecta para una obra de estas características.

La hija del veterinario - Barbara Comyns

Barbara Comyns

Aunque tanto Y las cucharillas eran de Woolworths como La hija del veterinario son recomendables, en la segunda se nota que Comyns mejoró lo que se podría llamar su «conciencia de novelista», es decir, no se basa tanto en sus vivencias personales, la estructura ya no depende de la forma de diario de fragmentos cortos y, sobre todo, el conjunto constituye un equilibrio perfecto de novela gótica breve, heredera de los maestros decimonónicos, con esa atmosfera lúgubre en la que el horror se mezcla con lo grotesco y se deja envolver por el aire de extrañeza de la protagonista. Una propuesta muy interesante, en definitiva.

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