A mi no me engañan, los bichos brillantes, venían a contratar la luz con la Endesa rusa, y viendo las tarifas, se pusieron de mala hostia y empezaron a teletransportar a los humanos a su planeta, donde mueven ruedas gigantes, a lo hámster, para generar electricidad gratuita. Así hubiese sido más divertido el argumento. Igual de malo, pero al menos tendría sus momentos cómicos. Por desgracia, lo único que deseas, es que maten de una vez a los protagonistas (lo mal que lo hacen, los muy puñeteros) y que se acabe de una maldita vez el bodrio que está intentando fulminarte las neuronas. Es la típica película que debería de inhabilitar de por vida a director y guionistas.
Mi Puntuación: 1.4