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LA IA no está para sustituirnos sino para desafiar nuestra humanidad

Publicado el 16 septiembre 2022 por Alejandro Tena

Toda función puede ser sustituida

Hace un par de semanas, mientras me distraía viendo videos en tik tok, me apareció un video de alguien que platicaba del caso de una famosa influencer de instagram y que además había logrado ser la cara de una importante marca de cosméticos. Esta persona, dice, se encargaba de promocionar la marca por medio de su contenido. Todo iba muy bien hasta que el gerente de marca de la empresa le llamó para decirle que su contrato se terminaría pronto debido a que por medio de los sistemas que utilizan la inteligencia artificial, le era posible crear un personaje que hiciera lo mismo a un costo más bajo.

Dudo que haya muchos de ustedes que no hayan escuchado el término "Inteligencia Artificial" o IA, por sus siglas, y es que es un tema que está en todos lados, en los medios y sobretodo en las aplicaciones del día a día; incluso ya hay una plataforma que puede diseñar ilustraciones, realmente, inéditas a partir de imágenes previas.

¿Cuál es el quid?

El problema, en este momento, no está en divulgar más esta herramienta, sino en desmitificarla y también en sofaldar los intereses transeconomicos y más bien teológicos que hay detrás. La inteligencia artificial IA, se nos presenta en primer lugar como un sujeto, algo que ya viene siendo un primer engaño, ya que una inteligencia sea cual fuere, será siempre la cualidad y atributo del sujeto no al revés; se tienen plataformas que aplican la inteligencia artificial y éstas son el sujeto.

Retomando el vínculo de la IA con el caso expuesto en el primer párrafo, se nos viene a la mente, una gran pregunta, y es que está por asumido la capacidad de esta herramienta para desarrollar funciones más complejas que sus predecesores tecnológicos pero ¿Cuáles son sus límites?, ¿Nuestro destino será el ser sustituidos por máquinas y programas?.

¿Cambiar la pregunta?

Preguntas difíciles de responder, en este momento, sin embargo, a partir del preludio que es la presentación de esta herramienta que se le ha dado a través de los grandes medios, podemos vislumbrar el propósito de personificar, humanizar a las máquinas, o más bien, al revés, instrumentalizar a los humanos simulando al humanización de las máquinas, algo mucho más posible que lo primero, o por lo menos que se ha podido lograr, desde las últimas décadas con las continuas revoluciones y evoluciones económicas, sociales y políticas

Por lo anterior, la pregunta más adecuada no sería si vamos a ser sustituidos por máquinas sino más bien si queremos ser maquinizados y deshumanizados hasta el punto en que aceptemos que nuestra vida es solo un programa, sin mayor sentido que el de hacer correr el propio programa


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