Revista Expatriados
En 1927 visitó la India la Comisión Simon, compuesta exclusivamente por británicos. Su objetivo era estudiar las reformas constitucionales que había que introducir en la India para dar respuesta a los cambios sobrevenidos tras la I Guerra Mundial. La Comisión propuso una lentísima marcha hacia el autogobierno y no introducía cambios significativos en el gobierno central de la India, que debería seguir en manos británicas exclusivamente, aunque los indios en las provincias pudieran asumir algunas responsabilidades.
El informe de la Comisión Simon enfureció al Congreso, que elaboró su propio Informe con propuestas sobre el futuro de la India. El Informe Nehru pedía para la India el estatus de Dominio dentro de la Commonwealth británica. Abogaba por una India unida, pero con un régimen federal, y laica. El idioma oficial sería el hindi, aunque el inglés estaría permitido. El Informe rechazaba la existencia de un electorado separado para los musulmanes, aunque admitía la posibilidad de reservarles escaños en aquellas provincias en las que representasen al menos el 10% de la población. También incluía algunas disposiciones sobre la organización territorial de la India como la propuesta de que la Frontera del Noroeste fuera convertida en provincia a parte entera.
Los musulmanes se tomaron el Informe Nehru fatal. Entendieron que suponía la ruptura del Pacto de Lucknow. Jinnah replicó al Informe en marzo de 1929 con lo que se dio en llamar “Los 14 puntos”. Jinnah presentó sus demandas como lo mínimo con lo que se conformarían los musulmanes. Las principales demandas de Jinnah eran que el futuro estado fuera federal y que en los gobiernos central y provinciales al menos un tercio de los puestos fueran para los musulmanes. Se debería procurar que las minorías estuviesen representadas en los parlamentos central y provinciales y en el parlamento central los musulmanes no deberían ser menos de la tercera parte. Aunque abogaba por la continuación de los electorados separados, dejaba la puerta abierta a que una comunidad pudiera optar por un electorado conjunto. Ninguna ley podría ser aprobada si las tres cuartas partes de los miembros de una comunidad en el parlamento se oponían a la misma. La constitución contendría salvaguardas para la protección de la cultura musulmana y para la protección y promoción de la educación, el idioma, la religión y las leyes personales de los musulmanes. La propuesta de Jinnah suponía comunalizar la política india, algo muy peligroso en un país tan diverso como la India. A la larga podía producir el efecto de “si los musulmanes tienen eso, ¿por qué nosotros no?” Aunque los 14 puntos no consiguieron en ese momento concitar el consenso de los miembros de la Liga, a la larga se convertirían en el grito de guerra de los musulmanes y en un símbolo.
Jinnah pasó en Inglaterra los años de 1930 a 1934. Participó en las dos primeras Conferencias de la Mesa Redonda entre los nacionalistas indios y el gobierno británico, pero no fue invitado a la tercera. Harto de la desunión y las querellas intestinas de la Liga, de lo que le parecía que era la cabezonería del Congreso y viendo que los ingleses preferían a Gandhi y no le tiraban bola, optó por abandonar la política y dedicarse a la abogacía.
En su ausencia asumió el liderazgo de la Liga Musulmana Muhammad Iqbal. Muhammad Iqbal era un poeta y filósofo muy cosmopolita y muy interesado por el pasado glorioso del Islam. Es una pena que su figura haya quedado oscurecida por las de Ali Jinnah, Gandhi y Nehru, porque fue de los hombres más interesantes de ese período.
El 29 de diciembre de 1930 Muhammad Iqbal compareció ante la Liga Musulmana. Se le calentó un poco la boca y acabó pronunciando un discurso que muchos ven como el primer llamamiento abierto a la creación de un estado musulmán independiente en parte de la India. Se trata de un discurso muy rico y que merece ser leído con un poco de atención, porque no veo yo tan claro qué era aquello por lo que abogaba en la práctica.
El discurso comienza afirmando la unión de nación e Islam. Los musulmanes indios no cometerán el error occidental de separar Iglesia y Estado. El Islam difiere del cristianismo es que no es sólo una experiencia individual; es una “experiencia individual creadora de un orden social”. Por consiguiente, los musulmanes no pueden construir un Estado nacional apartando el Islam.
La India es un Asia en miniatura y su unidad debe basarse en la armonía y cooperación de sus comunidades. Cada comunidad, eso sí, debe ser libre para desarrollarse según sus propias creencias y cultura. Iqbal habla de la creación de estados autónomos “basados en la unidad de lengua, raza, historia, religión e identidad de intereses económicos” como única manera de dar una estructura constitucional estable a la India. Es decir, aboga por un Estado federal, en el que el gobierno central tendría pocos poderes.
No obstante, advierte que los hindúes prefieren un gobierno central fuerte para dominar, apoyándose en su mayoría, mientras que los británicos están explorando las disensiones entre hindúes y musulmanes para perpetuar su dominio. Apunta a la posibilidad de que a los hindúes les otorguen la mayoría en el gobierno central, mientras que los británicos ejercerían el poder de facto y a los musulmanes les contentarían llamando al todo “federación”.
En la cuestión del electorado separado para los musulmanes, dice que podrían aceptar electorados basados en el territorios, a condición de que las provincias se demarcasen de forma que estuviesen compuestas por comunidades homogéneas, con unidad lingüística, racial, cultural y religiosa. Dada la heterogeneidad de la India, esto suena a chiste. Lo que ya suena más serio es su afirmación de que los musulmanes son el único pueblo de la India que puede ser descrito como nación en el sentido moderno del término.
He visto quienes ven en este discurso un llamamiento por un Estado musulmán independiente, pero creo que eso es ver más de lo que hay. Lo cierto es que contiene varias ideas clave que sí que conducirían a la idea de Pakistán: 1) Los musulmanes tienen que estar unidos; 2) Los musulmanes son una verdadera nación en el sentido moderno del término; 3) Hay que crear provincias de mayoría musulmana. Iqbal lanzó una propuesta concreta que ya no sería olvidada: amalgamar el Sindh (que se separaría de la provincia de Bombay), el Punjab, Baluchistán y la Provincia de la Frontera del Noroeste.
Lo que tiene el nacionalismo es que una vez echa a rodar, es muy difícil pararlo y siempre surgirá otro más nacionalista que tú. El que adelantó por la derecha a Iqbal fue Choudhary Rahmat Ali.