A las ocho suena el despertador. Me levanto, me voy a la ducha, me visto y a las ocho y media desayuno. Veo un poco las noticias y salgo para el trabajo. Por la tarde vuelvo a casa, y estoy con mi familia hasta la hora de dormir…
Todos tenemos en nuestra vida un horario aproximado para algunas actividades cotidianas. Solemos irnos a dormir a la misma hora, cenamos en el mismo lugar y nos acostamos escuchando el mismo programa de radio.
La rutina es algo muy importante para nuestro desarrollo. Cuando más esencial nos resulta es cuando somos bebés, pues es en esos momentos en los que necesitamos que todo sea cuanto más predecible mejor con el fin aumentar nuestra seguridad y nuestra percepción de control.
Imagina que a un bebé le diesen de comer cada día a una hora, lo acostasen en una cama distinta o estuviera cada día con personas nuevas. Sería un verdadero desbarajuste, y el pequeño seguro desarrollaría sentimientos de miedo y angustia pues no sería capaz de predecir nada.
En los adultos ocurre algo parecido, aunque no a tales extremos. Aunque siempre es bueno dotar a nuestra vida de algo de flexibilidad (salir esa noche a cenar, hacer un viaje, conocer personas nuevas, etc) resulta igualmente importante que tengamos aseguradas unas actividades que sean rutinarias. Así, como en el caso de los bebés, podremos controlar mejor nuestro entorno y dejar descansar a nuestra mente, que no se verá en la constante necesidad de analizar si la situación nueva es amenazante o inofensiva.
![SomosPsico - Blog de Psicologia SomosPsico - Blog de Psicologia](https://m1.paperblog.com/i/38/385191/importancia-rutina-L-AYoPY4.png)