¿Tienes claro lo que te gustaría conseguir en tu vida? ¿Te has parado a pensar en tus objetivos a corto, medio o largo plazo? ¿Te has preguntado alguna vez acerca de tus cualidades y la forma de enfocarlas sobre aspectos concretos de tu existencia?
Hacerse este tipo de preguntas puede llegar a ser fundamental para evitar una situación en la que solemos caer con quizá demasiada frecuencia, y que no es más que la de viajar sin rumbo y zozobrar casi sin darnos cuenta a lo largo de nuestra particular travesía personal.
Bien es cierto que dejar paso a la sorpresa y a la novedad en cada uno de nuestros días suele ser buen consejo. Sin embargo, al hacerlo, es posible que caigamos en una nube de desconcierto y apatía que nos hagan mantenernos en la desidia por más tiempo del deseado, enunciando demasiado a menudo un “ya lo haré” o un “no me da tiempo”.