Revista Belleza
Cuando llegan estas fechas, con el verano, pràcticamente ya encima nuestro, parece crecer una fiebre por el culto al cuerpo ante la perspectiva de mostrar piel por encima del tobillo.
Pero de todo este culto al cuerpo hay que mantener siempre una línea de coherencia y de inteligencia que nos ayuden a mimar de manera correcta nuestro cuerpo durante todo el año y para toda la vida.
No es lógico preocuparse tan solo de la piel del cuerpo cuando llega el mes de Junio, ni de la piel de la cara cuando llegamos a los 40 y las primeras arrugas empiezan a asomar en nuestro rostro.
Pero lo que parece que poca gente tiene en mente es que, la prevención SIEMPRE es el camino correcto.
Para tener una piel sana, cosa que nos llevará a tener una piel bonita, hay que seguir unos pequeños consejos que, a pesar de ser sencillos, son la clave, el principio esencial para conseguir una buena piel.
1- Exfoliación:
Hay que tener en cuenta que nuestra piel es algo vivo, un conjunto de células que nacen, viven y mueren, se regeneran ( cada mes, las células de nuestra piel cambian y, cada 10 años, todas las células de nuestro cuerpo, son totalmente diferentes) y caen de nuestro cuerpo. El problema es que no el 100% de esas células muertas caen, si no que se van acumulando y van obstruyendo la piel nueva, la capa superficial de esa piel, los poros por donde respira.
Y la solución es la exfoliación.
Técnicas hay muchas.
Desde las más agresivas como la exfoliación química o la microdermoabrasión hasta un producto tan natural como una esponja o un guante de crin.
Lo ideal es escoger la técnica ideal según el espacio de tiempo que escojamos; si nos gusta exfoliar la piel de manera asidua, escoger algo muy suave para el día a día ( queremos cuidar la piel, no dañarla), si preferimos un período de tiempo más largo, se pueden ir buscando productos con el grano más grande y con más agentes activos ( tener siempre en cuenta nuestro tipo de piel, pues no nos irá bien las mismas cosas que a otra persona).
2- Hidratación ( hidratación, hidratación, hidratación)
Agua. Ese es uno de nuestros componentes principales; elemento esencial para la vida, la salud y la belleza.
Hay que hidratar nuestra piel tanto por dentro como por fuera.
Beber 2 litros de agua al día puede resultar complicado, pero siempre se puede conseguir esa hidratación de otras fuentes, como por ejemplo, las frutas.
Esa hidratación no solo ayudará a nuestra piel, si no que, acabará siendo como el aceite para las máquinas, que hará que todo nuestro organismo funcione mucho mejor.
Pero a la piel también se la puede ayudar con hidratantes externos.
Es muy importante, a partir de los 20, hidratar la piel de cara y cuerpo, día y noche, con productos de calidad, que harán que crecer, envejecer, sea menos " traumático" visualmente.
Hidratar es curar, alimentar y prevenir.
3- Fotoprotectores
Algo de lo que todavía parece no haber una consciencia real sobre lo perjudicial de los rayos UV, UVB y UVA ( ultra violeta; ultravioleta Beta y ultravioleta Alfa) y se comenten muchas tonterías por esa estética de conseguir tener una piel bronceada, que ha acabado imponiéndose como modelo de piel sana.
No ponerse un fotoprotector es un gran, grandísimo error, aunque no vayamos explícitamente a la playa.
Hay que usar protección en la cara hasta en invierno; buscar cremas y cacaos labiales que incluyan protección, indagar en los consejos de los dermatólogos.
Y si vamos a la playa, a hacer deporte al aire libre, bañarnos en playas o piscinas, hay que multiplicar esa protección al máximo, taparse la cabeza con sombreros o pañuelos, protegerse los ojos con unas buenas gafas, aplicarse crema solar con fotoprotector alto; y no solo aplicarse protector, si no, que debemos reaplicarnos cada 20-30 minutos y cada vez que salimos del agua.
4- Limpieza facial
Además de la exfoliación y la hidratación, hay algo muy importante que debemos hacer por nuestra piel: Una rutina diaria.
Para evitar, no solo imperfecciones, si no infecciones de la piel como acné, salpullidos, rojeces y otros.
De la misma manera que nos duchamos con algo más que agua, para poder eliminar suciedad y residuos que nuestro propio cuerpo genera, deberíamos tomarnos más en serio hacer eso mismo con la piel de nuestra cara que, a lo largo del día, va absorbiendo polución, restos de sudor...
Inclusive los hombres, que se que sois más reacios a mantener estas rutinas y daros productos para cuidar vuestra piel, tan solo os animo a que probéis coger una noche un algodoncito, empapado en algún tipo de desmaquillante o limpiador y os lo pasáis por la cara, de qué color sale? Pues exactamente, todo esa suciedad se acumula cada día en los poros de la piel.
5- Sonreír
Seguramente este último consejo suene a topicazo, pero cuando reímos, hacemos que 400 músculos del rostro se activen, se tensen, se contraigan. Esa gimnasia facial, no solo mantendrá mucho más tonificada la cara, si no que, además el cerebro genera endorfinas, u hormonas de la felicidad, que nos ayudan a combatir la tristeza, el estrés, la ansiedad y la depresión; reír nos ayuda a mantenernos jóvenes, adelgaza, combate los problemas de insomnio, estabiliza los niveles de colesterol, ayuda a aliviar dolores y a solucionar problemas respiratorios y pulmonares, se oxigenan doblemente los pulmones, hace que los músculos del estómago se activen y, lo mejor de todo, te hace sentir felicidad, inyecta positividad y hace que el resto, aquellos que nos rodean, también noten esa actitud diferente ante la vida.
6- Evitar agentes nocivos
Se habla mucho de lo que podemos hacer para cuidarnos con productos, pero una de las cosas primordiales para evitar la mayoría de problemas, es evitar la mayoría de agentes externos que los producen.
¿Queremos una piel sana, radiante, luminosa, hidratada, rica y bonita?
Pues deberíamos de huir de tabaco, alcohol y café como quién huye de la peste.
Para que veáis algunos ejemplos, he aquí alguno de los efectos que provocan estos agentes externos.
El tabaco aumenta los radicales libres, provocando un envejecimiento prematuro de la piel y la destrucción de los tejidos cutáneos del rostro. Altera el equilibrio entre elastasa y la proteinasa cosa que ocasiona una mayor actividad de la metaloproteinasa, creando una rotura de las fibras elásticas de nuestra piel y degenerando el colágeno que rodea la dermis; además, cuando nuestro cuerpo intenta cicatrizar esa piel, el colágeno que se forma es más imperfecto creando una agresión mayor y, por consecuente, la formación de arrugas prematuras y profundas y deshidratación y escamación de la piel.
El tabaco disminuye la oxigenación de la piel; la nicotina provoca vasoconstricción que puede ocasionar problemas pulmonares y cardíacos, ya que también el humo del tabaco, restringe el transporte del oxigeno a la sangre y al cerebro.
El alcohol, especialmente el destilado, tiene efectos similares a los del tabaco.
El efecto nocivo de la cafeína, aunque menor, también provoca vasoconstricción, deshidratación y retención de líquidos.
Así que ya sabéis, cuidar de nuestra piel, de nuestro cuerpo, no es tan solo algo relacionado con la belleza, si no también con nuestra salud, física y psíquica.
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