Revista Cultura y Ocio
La inspiración está ahí. Sólo hay que esperar. Y eso es lo duro. No estamos acostumbrados a esperar, porque la espera mata, como dijo alguien en algún momento. En realidad, la inspiración siempre está ahí dentro, pero sólo sale a respirar de vez en cuando, como las ballenas. Y a veces, muchas veces, nuestro mar interior es más profundo de lo que nos parece. Por otra parte, la inquietud es el "Moriarty" de la inspiración. A uno le sorprende que tan pronto llega, tan poco dura. Es difícil mantenerla a flote sin caer en la monotonía. Se sugiere por la Ciencia que la inspiración nace de la tranquilidad, pero para mí es otra forma de inteligencia, de una inteligencia creadora que surge para avisarnos de que nos estamos quedando obsoletos por dentro. Siempre he sido un romántico. Queremos que la inspiración nos venga, pero en realidad, hay que ir a por ella, porque es tímida, y se nutre del deseo de intentar cambiar por dentro. Y no todo el mundo tiene las ganas ni los deseos de hacerlo; en realidad, todo puede y es inspiración.