El pasado lunes el Semanario Trabajadores publicó casi a portada completa un titular que me pareció demasiado irónico e incluso ofensivo a la capacidad intelectual de los cubanos. El tema en cuestión versaba sobre un asunto que ha sido duramente criticado este último año en la isla, la mezcla del bendito café con altas porciones de chícharo.
Lo llamativo del caso es que ahora Trabajadores se aparece con el titular: “Para saborear un mejor café”, obviando al parecer, que para degustar un buen café lo primero que se debe tener en cuenta es la pureza de este producto, y el nuestro desde hace más de un año está mezclado por “decreto institucional”, al 50 % con la mencionada leguminosa, lo que lo hace ser en toda regla una sopa con aroma a café o viceversa.
No obstante a esto, y para que se enteren los autores de ese artículo, por si es que no lo sabían aún, en declaraciones a la BBC Mundo José D. Sette, Director Ejecutivo en Funciones de “La Organización Internacional del Café”, expresó que “(…) los productos que contengan más de un cinco por ciento de materia externa NO deben usar el nombre de «café»”, de lo que se deduce fácilmente que para nada lo que nos obligan a tomar hoy se acerca a lo que realmente se le llama “saborear un mejor café”, algo a lo que no se hizo referencia en el mencionado trabajo periodístico.
Además, si como bien sabemos ya en Cuba existe una alta clase social que ni de juego prueba el café u otros productos de la bodega, debemos tener muy en cuenta que en esta isla también existe aproximadamente un 85 por ciento de la población que sí depende de este tipo de ofertas, lo que nos deja una cifra bastante elevada entre los que nos quedamos sin “saborear un mejor café”.
Carlos Alberto Pérez
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