Hace unos días nos hacíamos eco de una investigación en la que se habían analizado varias muestras de leche materna adquiridas a través de páginas de internet, leche de madres que quieren sacarse un sobresueldo con la leche que producen. Los investigadores destacaban que una buena parte de la leche estaba contaminada por hepatitis B y C, bacterias de materia fecal, en menor cantidad drogas prohibidas o sustancias químicas como el bisfenol A. Este mercado se comporta como si se tratase de una comunidad íntima en la que unas madres pretenden ayudar a otras que no pueden amamantar a su bebé por diversas razones, brindando el mejor alimento del mundo a un módico precio. No es sólo un negocio que no está regulado, además es mucho más peligroso de lo que podamos imaginar.
Pues bien, además de enfrentarse a leche contaminada por enfermedades u otros agentes, ahora un estudio muestra que la leche materna que se comercializa por internet está adulterada. Un grupo de investigadores de varias instituciones estadounidenses ha constatado que un 10% de las muestras de leche que adquirieron a través de la red estaba adulterada con leche de vaca. Sin duda, es bastante peligroso, ya que este tipo de leche podría causar reacciones alérgicas u otros problemas de salud a los bebés que la tomasen.
Los expertos adquirieron 102 botellas de leche supuestamente materna a través de internet, tras el análisis correspondiente, se constató que 11 botellas estaban contaminadas con ADN bovino. La leche materna en internet se anuncia como el mejor alimento del mundo y las madres que la ofrecen crean un falso ambiente de confianza, como que el hecho de ser madre les brinda mayor seguridad, criterio y responsabilidad, se alaba la calidad de la leche materna que se ofrece, su salubridad, el gran excedente del que se dispone, etc. Las madres que necesitan leche materna para criar a sus bebés deben tener claro que un producto que no está regulado y que no ha sido analizado es muy peligroso.
Estas madres no dudan en utilizar la publicidad fraudulenta y parece que no les importa que el producto que comercializan pueda representar un grave riesgo para la salud de los bebés que van a tomar esa leche. Hay que tener en cuenta que al fin y al cabo se trata de un negocio y la motivación económica es lo que incita a estas mujeres a realizar mezclas para poder obtener la mayor rentabilidad en sus ventas. De acuerdo que la leche materna que se puede adquirir en los bancos de leche es algo más cara, unos 3’5 euros por 30 mililitros, lo que supone el doble de lo que cuesta adquirir la misma cantidad a través de internet, pero hay que tener en cuenta que la extracción se ha realizado en un ambiente estéril y se cumplen escrupulosamente todos los protocolos de seguridad.
Ya son muchos los estudios que muestran los graves riesgos de adquirir leche materna a través de la red, además de la contaminación por distintas enfermedades, los problemas en el almacenamiento y las malas prácticas de envío, donde la cadena de frío se rompe en varias ocasiones, hay que añadir la adulteración de leche materna con leche de vaca. ¿Cuántos argumentos son necesarios para que las madres dejen de adquirir leche a través de internet? ¿Cuántos bebés deben enfermar e incluso morir para que se vete este negocio?
En Estados Unidos la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación) empezó a advertir sobre estos riesgos en el año 2010, recomendando a los padres que no compraran leche que no procediera de los bancos de leche materna por todos los problemas citados, sin embargo, parece que se hace caso omiso de las recomendaciones, por lo que quizá debería ponerse en marcha una regulación que prohibiera este negocio por los riesgos que supone la leche para los bebés.
En fin, como decíamos, se trata de una investigación más que se suma a una gran colección de investigaciones cuyas conclusiones son prácticamente las mismas, los investigadores recomiendan evitar a toda costa la leche que se comercializa a través de internet. ¿Pero servirán de algo estas recomendaciones? Podéis conocer más detalles a través de este artículo publicado en la revista científica Pediatrics.
Foto| Jacques Ribieff
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La leche materna que se comercializa por internet está adulterada