Revista Salud y Bienestar

La libertad de expresión no comulga a hostias

Por Miguel @MiguelJaraBlog

¿Qué siente un ciudadano atacado por la policía? Como habrán leído u oído, la marcha celebrada el miércoles en el centro de Madrid para protestar por el gasto público que supondrá la visita del papa y reivindicar la laicidad acabó con cargas de la policía para dispersar a los manifestantes de la puerta del Sol. Ayer volvió a repetirse con motivo de la protesta por lo sucedido el día anterior. Corren por Internet y los medios las agresiones policiales incluso a periodistas identificados. El fotógrafo de El Día de Córdoba Daniel Nuevo, que fue testigo de la polémica escena en la que una joven es abofeteada, sin razón aparente, por varios antidisturbios, obtuvo varias instantáneas antes de recibir una paliza durante la que llegó a perder la consciencia. En su blog narra cómo sucedió la agresión y me ha conmovido cómo se dirige a su agresor legal:

“Ahora te hablo a tí, señor policía con agentes a su cargo y con la mano ligerita. Has intentado callarme, evitar que hiciera el trabajo que amo, el que me permite denunciar abusos como los tuyos. Has intentado coartar mi libertad de expresión. Has intentado que borrara las fotografías que probaban tu brutalidad. Has intentado quitarme mi herramienta de trabajo a base de porrazos. A pesar de todas estas ilegalidades manifiestas, ¿sabes qué, amigo de las FCSE?. No te guardo rencor más allá del dolor físico. Solo lo has intentado, no lo has conseguido ni lo conseguirás. Al revés, me has dado alas. Alas para confirmar que es esto lo que he querido hacer durante toda mi vida. Alas que me permitirán seguir denunciando injusticias como las que perpretas bajo tu placa…ah, no que no tenías. Ha sido la primera paliza que recibo por informar y me temo que no será la última. Creeme cuando te digo que la olvidaré. Me has bautizado, y en esta confesión no apostata ni Dios”.


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