Leo la noticia: Hoy, espectáculo en el cielo. ¡Bien!
La lluvia de estrellas fugaces (es más bonito que “meteoros”) de Noviembre: Las Leónidas.
Me ilusiono. Hay una parte romántica en mí que me imagina viendo las estrellas caer en cascada. Sigo leyendo: “Lluvia discreta: 30 Estrellas/hora”. La parte no-romántica de mi personalidad empieza a emerger: 30 por hora? ¿Con el frío que hace? Y sigo: “Su máximo apogeo se dará a las 4:55 “
La hora del espectáculo acaba con mi yo-ilusionado. La realidad se impone : poner el despertador, despertarme , conseguir salir de casa sin despertar ni molestar a nadie, abrigarme , salir a la fría madrugada, doblar el cuello y esperar que una estrella cruce el cielo (que yo veo) cada dos minutos, ver unas cuantas y deshacer la operación completa… Todo esto, tiritando. Seguro.
He visto que no.
Espero que los románticos de verdad, los que están a esas horas despiertos, por trabajo o por placer y los insomnes , disfruten del espectáculo.
Yo me he tenido que conformar con unas fotos de la luna ( que ya está al 34%).