Foto archivo Canal Cultura
“Cuando se piensa en un libro infantil sobre poesía, todo el mundo espera que empiece a pasar por nuestra imaginación un desfile de animales: el gatito, el perrito, el osito, muchos animales rimando en diminutivo. Parece como si los niños poetas tuvieran que estar siempre entre los animales de una granja, o de un zoológico, o pensando en el perro del vecino” (1).
Por: Natalia S. Moreno para Canal Cultura
En la carrera de Creación Literaria de la Universidad Central, nos han dicho en varias ocasiones que cuando escribamos para niños no debemos pensar que son tontos, hay que exigirles en la lectura, así como las películas de Disney que proponen giros narrativos, plasman el viaje del héroe y trabajan temas tan complejos como la muerte.
Tener 6 años, no saber amarrarse los zapatos, creer en Papá Noel, dibujar soles verdes y cielos rojos…
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