Uno de los discos más míticos de la época de la llamada
madrileña fue el primer lp del grupo liderado por el carismático escritor,
cantante y compositor Fernando Márquez, más conocido como “El Zurdo”, La
Mode. Es cierto que la génesis de La Mode tal cual ya se había
dado lugar prácticamente en el anteproyecto de grupo de nombre Paraíso, pero bueno.
El Zurdo había formado parte del grupo germen originario de todo esto, aquellos
Kaka De Luxe en los que hacía voces junto a Carlos Berlanga, a la poste ambos
piezas básicas en formaciones posteriores.
Junto a Antonio Zancajo y el teclista Mario Gil, que serían
quienes saldrían airosos de la criba de gente que desfilaría durante la
permanencia o vigencia de Paraíso, El Zurdo confirmó La Mode, que tampoco sería un
grupo que durara demasiado en activo, al menos con la formación clásica u
original que es la que aquí exponemos.
Es común asociar a La Mode, y también a Paraíso, con posturas musicales
demasiado suaves, porque quizás los más grandes temas que han quedado para la
posteridad y por los que la gente les recuerda o los que les conocen por
primera vez escuchan son las volátiles y delicadas “Para ti” y la canción que
concede título al primer lp del grupo, “El eterno femenino”. Eso es un claro
error, ya que estos ítems quizás son únicos en sus texturas y formas suaves
dentro del repertorio de La Mode. Ya
desde su primer Ep se ven formas derivadas del rock nuevaolero y también se
aprecia al Zurdo cantar con un tono menos azucarado.
Es muy curiosa la primera canción “Wild puppet (we love you
so)”, con esa mezcla de inglés y español en su letra. La reiteración del título
de la canción y mezclar el mismo con más añadidos, hace que este pieza tenga un
carácter algo hipnótico y en todo caso da lugar a un tema de apertura cuanto
menos llamativo. Bueno, sí, quizás “Cita en Hawaii” es también muy delicada,
con esa historia de reproche que Márquez dibuja en su letra, con tan exótico
telón de fondo. Mucho mejor resulta “Aquella canción de Roxy”, que de alguna
forma también es uno de los clásicos del repertorio de La Mode y tema que probablemente
alguien que no conozca al grupo se encuentre de frente tras haber catado la
canción título del disco que nos ocupa. Es curioso ver como El Zurdo adopta un
cierto deje de galante en el tono de su voz, no en vano intentando emular
vagamente a Brian Ferry (citado en la letra de la canción). El pop destilado en
esta pieza es más oscuro, acelerado y quizás representa muy bien el carácter
global de la obra en la que se incluye, y con total seguridad mucho más que “El
eterno femenino”. Y es que “El único juego en la ciudad” sigue más o menos sus
trazas, e irremediablemente al incluir el panorama nocturno en su letra, le da
ese toque tan especial a este disco, el cual me sirve para imaginarme la zona
cercana a la estación de metro de Cartagena de Madrid, de la que a pocos metros
se situaba el mítico garito “Rockola”. “Déjame
entrar en tu juego, la ciudad es un tablero. La partida se celebra casi siempre
por la noche… Y el premio eres tú”, es cuanto menos una letra ingeniosa y
que de forma poderosa te llama la atención cuando pasas por la escucha de esta
composición. En el terreno pop se sitúa el medio tiempo de “Aquella chica”, con
esa oda que Márquez dedica a una chica de actitud algo diferente a los demás.
Realmente resulta muy placentero ver cómo el Zurdo describe las maneras de la
protagonista de la letra, sobre un ritmo de batería inquebrantable y envuelto
en las guitarras de Zancajo y los tecladitos de Gil.
Claramente nuevaolera,
mucho más rítmica y acelerada es “La teoría de la relatividad”, en la que el
vértigo vuelve a alcanzar a Fernando Márquez al micrófono. De formas sonoras
parecidas a “El único juego en la ciudad”, la sensación que transmite es más agria
y oscura dentro de sus melodías rápidas. Alternando carácter naif con un toque
más rockero, prosigue el primer lp de La Mode, ya que con la liviana “Las chicas de la Inter”, se cambia ese tono
farragoso que a ratos podría aportar el tema anterior. De lo sencilla y poco
pretenciosa que resulta esta “Las chicas de la Inter”, se da forma a un tema chocantemente
encantador y muy fácil de recordar dentro del conjunto de la obra. Exótica por
sus evidentes influencias o regustos orientales en sus melodías, a cargo tanto
de los acordes de las guitarras de Antonio y los teclados de Mario, y no se
deja de lado tampoco en la letra que entona Fernando, “Mi dulce geisha” es una
pequeña joya oculta, muy agradable de escuchar. Cosas de mi enfermo sentido del
humor, pero muchas veces readapto las primeras palabras de la letra de la
canción “El eterno femenino” a aquello que decía Torrebruno haciendo que sonara
algo así como “Tigres, leones, todos
quieren ser… Los cam… peones…” en lugar de “Mitos, mujeres, talgos y ciudades, musas, pintores…”; ¡ejem!
Dejando esta chorrada personal interna mía, hay que reconocer que “El eterno
femenino” es una de las canciones más bonitas, emocionantes y formales que ha
dejado la movida madrileña para la historia de la música. Con esas enumeraciones
que dibuja vagamente el panorama de los años 80 y las embelesadoras notas de
los teclados de Mario Gil, impagables más que nunca en esta composición, La Mode se ganó merecidamente un
hueco en la historia de la música española con mayúsculas.
El grupo consolidó su buena reputación, que realmente de
siempre tuvieron asociados los proyectos de los que tomaba parte o formaba
Fernando Márquez, y por lo general las críticas fueron buenas o directamente
muy buenas. El paso del tiempo simplemente ha venido a confirmar la valía del
lp “El Eterno Femenino” y a situarlo en el top 5 de los mejores discos editados
en la primera mitad de los años 80 en nuestro país. No solamente se vale de la
canción que le concede el título, la cual por sí sola subiría muchos enteros a
cualquier disco mediocre, sino que como habrán podido escuchar (si es que se
han molestado en ello), estamos ante una obra realmente llevadera y
entretenida, con la que es muy sencillo pasar un muy buen rato en su compañía.
Tras este disco, el grupo siguió con la misma formación
editando algún que otro maxi y un 2º lp de título enrevesado (“1984”, que supone en sí el
año en que se editó), para que Fernando Márquez decidiera dejar el grupo
finalmente, situando a sus compañeros en la encrucijada de seguir con La Mode, pero sin el alma
principal que le daba sentido. Y, ¿saben? Creo que con el reclutamiento del
desconocido por entonces Daniel Ballester, el grupo salió realmente airoso, ya
que por ejemplo el disco “La Evolución De
Las Costumbres”, más allá de su excelsa canción título, es realmente muy bueno
a ratos.
Sin embargo, la sombra del zurdo, a pesar de su frágil y
menuda figura, era demasiado alargada y el grupo no sobrepasó el año 1986 tras
comprobar que la nueva formación no terminaba de calar en el público. Una
verdadera lástima.
En fin, pues terminar diciendo que con “El Eterno Femenino” La Mode vivió sus momentos de
máximo esplendor, en unos días felices para la sociedad española tras haber
sobrepasado el golpe de estado del año anterior y en los que las propuestas
culturales novedosas y arriesgadas tenían tratamiento prioritario en la
televisión. La portada, que me atrevo a decir que es la portada más pop en el
sentido estricto de la música española, con ese dibujo de la mitad de una cara
de una mujer y su vivo colorido sobre fondo blanco, representan más allá del
sentir que desprende el disco, el sentir de una época, que también tenía su
lado turbio en los bajos fondos de los garitos de Malasaña, en los que las
drogas duras comenzaban a destrozar vidas (para más señas, echen un vistazo a
las realistas y necesarias exposiciones fotográficas del grandísimo Alberto
García Alix); pero eso es otra cosa. Dejémonos llevar por el brío de pop
hedonista y pop/rock nueva olero que a partes iguales nos regala La Mode en este fabuloso “El
Eterno Femenino”.
De nuestro programa de radio, pedirles disculpas ya que el
Especial Bosé sonará esta semana y no lo hizo el pasado miércoles día 2 (no caí
que era festivo en la
Comunidad de Madrid, territorio en el que están situadas las
2 emisoras en las que se emite nuestro espacio). Este miércoles 9 de mayo sí,
que sí. A las 23.00h podrán escuchar el Especial Bosé en RUAH y una hora más
tarde en &radio. Saben que es en diferido, ya que en su día lo hicimos en
directo el pasado 11 de marzo de este año; yo a esas horas del miércoles,
personalmente desearé estar presente en Neptuno celebrando un nuevo título
europeo de mi Atlético de Madrid.