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La muerte del hermano Pajares ¿símbolo de nuestra sociedad?

Publicado el 13 agosto 2014 por José Bau Giménez @Jose_Bau_

Hace mucho que no escribo en este blog. Mis obligaciones habituales me lo impiden y, para pequeños comentarios, uso directamente Facebook. Pero hoy quiero extenderme más y por ello he pensado reactivar el blog.
Después de varios días vomitando virtualmente ante mi muro de Facebook, sí vomitando ante aquellos amigos, o amigos de amigos, que solo saben criticar a Israel pero cuando les pones delante los asesinatos y violaciones realizada por ISIS y otros grupos islámicos en siria e Irak te responden que los ciudadanos de Gaza no tienen nada que ver con ellos… ¡Imbécil, no te estoy diciendo que sean lo mismo, sino que sus actos son igualmente contra inocentes y que los condenes y critiques con la misma ferocidad que críticas a Israel! No. Efectivamente no hablamos de ellos, hablamos de ti. Pero claro, te niegas a comparar.
Y como no iba a ser menos, cuando el ministerio de Exteriores inició las acciones para repatriar al hermano Pajares y a otra religiosa de la orden de San Juan de Dios lo comentarios fueron básicamente de dos tipos: rechazar el traslado y cualquier comparación con el pago del rescate y repatriación en el caso de los miembros de ONG secuestrados en África (nombrando en especial a los de una ONG auspiciada por ERC) y por otro lado comparando y rechazando esa repatriación a la vez que pidiendo que el estado asumiese los de repatriar a una ciudadana española enferma en Argentina.
Después de meter la pata fiándome de una información de Rusia Today sobre la muerte de dos pacientes de ebola en Valencia, decidí que no hablaría del tema hasta que me documentase a fondo. Tengo mis propias sospechas acerca de por qué las autoridades sanitarias estarían interesadas en tratar en España algún caso de ebola, pero como no son más que conjeturas las callaré por el momento.
Lo que sí es cierto es que este artículo: http://www.thecult.es/opinion/el-ebola-y-el-hooliganismo-periodistico.html compartido por mi amigo Javier Pellicer en Facebook me ha dado algunas claves.
Claves para responder a por qué sí se ha repatriado al hermano Pajares y no a Emma Rodríguez Pinar, la ciudadana que viajó a Argentina para iniciar un negocio vinculado al turismo.
Y también, en el fondo, claves para entender a la sociedad actual.
Por una parte en muchos de los mensajes y supuestas noticias sobre la repatriación del hermano Pajares se deja ver un rancio anticlericalismo y un amplio radicalismo de izquierdas (con acusaciones al PP de haberlo traído por ser religioso), por otro, en algunos, solo está la ignorancia de aquellos que no saben por qué sí se trae a uno y no a otra. La diferencia, evidentemente la tendremos en la reacción a la información del artículo donde cita palabras de uno de los colaboradores de la revista, Sánchez Ventero:
«Como trabajador, cotiza a la Seguridad Social, y como expatriado, está registrado y tiene una tarjeta sanitaria adicional, que es reconocida en otros países con convenio. Cuando se produce un estado de emergencia (el ébola lo es, la malaria no), y has cumplido con ese registro, tu embajada te buscará y te sacara de allí, porque eso es lo que tienen previsto los protocolos de nuestras embajadas »
Personalmente no entiendo porque la malaria no es causa de repatriación, (ni si una neumonía, en su caso, lo es o no) o si lo mismo se extiende al caso de cadáveres. Lo cierto es que más adelante comenta el mismo especialista: « La diferencia de este misionero con los trabajadores de una empresa española normal, destinados al extranjero –añade–, es que casi ninguno de estos trabajadores está inscrito en la embajada, como hacen los religiosos por sistema, y casi nadie lleva sus seguros médicos (públicos o privados) en orden. Casi puedo decir lo mismo de muchas ONG que gestionan a sus voluntarios como si fueran a hacer turismo social por su cuenta y riesgo. Y de todo esto sé un rato porque he pagado los 40.000 euros que cuesta un avión medicalizado por no hacer bien estas gestiones. »
En todo caso está claro que para tener derecho a esa repatriación, de ser el caso, hay que cumplir unos trámites que casi nadie, salvo los misioneros religiosos y sus voluntarios, siguen.
Pero en el fondo de qué nos extrañamos. ¿Acaso no es España el país que más desprecia a la familia por el simple hecho de imponer unas cargas (la declaración conjunta, por ejemplo, suele salir habitualmente más porcentaje a pagar que en las individuales y durante años fue obligatorio hacerla si estabas casado, ahora ya no pero para becas y demás subvenciones se suman los ingresos de ambos cónyuges si están casados y no de los que convivan si simplemente están juntos) que no impone a aquellos que no realizan los trámites y simplemente viven en pareja, pero luego sí reconoce beneficios, como pensiones que la ley solo marca para los matrimonios?
Cierto es que hay muchos casos en los que existen impedimentos para regularizar la unión, pero son una minoría, mientras que la mayoría simplemente se limitan gozar de las ventajas de no ser matrimonio (o a eludir las pegas) y luego, cuando les conviene, exigen beneficios de una situación que legalmente no les corresponde. Y lo malo no es que las pidan, lo malo es que se les da.
El hermano Miguel Pajares falleció ayer martes 12 de agosto de 2014 en el Hospital Carlos III de Madrid. QEPD.


La muerte del hermano Pajares ¿símbolo de nuestra sociedad?

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