Se acerca una de las noches más mágicas del año. Una noche de ritos ancestrales, de festejos milenarios europeos que, hoy, se confunden con tradiciones modernas que poco tienen que ver con nosotros. Por eso hoy, te traigo hasta estas líneas un antiguo monográfico sobre Halloween y lo que supone realmente.
Confío en que te pierdas por estos renglones y, entre las palabras que los conforman recuperes la magia que sé que bulle en tu interior. Déjala salir. Recupera al niño eterno que vive en ti. Abrázate a la mágica veneración de tus ancestros. Eres quien eres gracias a ellos.
Que disfrutes de un Samhain maravilloso e inolvidable:).
HALLOWEEN: LA NOCHE DE LOS DIFUNTOS
La víspera del día 1 de noviembre, celebramos la Noche de Difuntos, lo que en la versión anglosajona conocemos como la noche de Halloween.
Durante el otoño, en nuestras latitudes, el campo después de la alegría de las vendimias está esperando la siembra, es decir, la semilla que hará que la tierra posibilite la continuación de la vida. La fiesta de Difuntos es, en sus raíces, una fiesta otoñal que nos anuncia la inminente proximidad del invierno.
La festividad se enmarca dentro de la tradición del culto a los muertos. No es extraño que tenga lugar justamente en otoño, cuando la naturaleza va muriendo poco a poco y se prepara a cubrirse con el sudario blanco del invierno.
La tierra, símbolo femenino, aparece yerma en esta época del año, cubierta de rastrojos, después de la tala o la siega hechas en julio o en agosto. Pero después de recibir la semilla, símbolo masculino, se torna en esperanza de continuidad de la vida para todos los humanos.
Esta fiesta representa, en cierta manera, un momento de acuerdo o de reencuentro entre el mundo de los muertos, simbolizados en el mundo real por la tierra yerma y el mundo de los vivos, simbolizado por las semillas que se sembrarán y que harán posible la vida en el futuro.
Son muchas las tradiciones que concurren en estas fechas: desde las referencias literarias (Don Juan Tenorio de José Zorrilla o El Estudiante de Salamanca de José de Espronceda, entre otros), hasta las puramente gastronómicas que nos conducen al aspecto más lúdico de la celebración: LA CASTAÑADA.
En efecto, antiguamente, después de cenar, se celebraba la castañada, comida familiar dedicada a los muertos y que era recuerdo de las antiguas comidas funerarias. Se hacía la cena habitual y seguidamente se comían las castañas asadas al fuego del hogar, así como los panellets u otros dulces propios del día, y se bebía vino que tenía que ser dulce o blanco. Las castañas se abocaban encima de la mesa y todo el mundo iba cogiendo a su discreción.
Esta costumbre de comer castañas (que por otro lado es el fruto típico de la estación junto con otros frutos secos: almendras, avellanas...), se complementa con la de consumir un tubérculo parecido a la batatata (de la cual es una variedad): el boniato. Y juntos nos llevan a la aparición de uno de los personajes más carismáticos y entrañables de la época: La castañera.
La Historia de Halloween
Halloween es una noche de fantasía y misterio. El miedo y el terror a la noche de Halloween viene de esta creencia de que los muertos regresan en esta noche a visitarnos.
El Halloween que se celebra hoy en día, comenzó hace mas de 3,000 años en Irlanda como un festival de cosecha de los celtas. Para los celtas, el cambio de estaciones adquiría una importancia mágica. Samhain era el festival más importante, ya que era el último día de la cosecha y el comienzo del invierno. Concretamente este festival se celebraba a finales de octubre y a principios de noviembre.
En la noche del 31 de octubre, las almas de los muertos regresaban a visitar sus hogares terrenales. Los celtas creían que en esa noche la ventana que separaba los mundos de los vivos y de los muertos desaparecía. Para mantener a estos espíritus contentos y alejar los malos espíritus de sus hogares los celtas dejaban comida o dulces fuera de sus casas. Esta tradición se ha mantenido en el tiempo y se ha convertido en lo que hoy llamamos trick or treat (truco o trato), donde los niños van de casa en casa pidiendo dulces.
Con el paso del tiempo y siguiendo los hechos históricos, los romanos conquistaron a los celtas y éstos influyeron el mundo céltico con sus festivales a la diosa romana de la cosecha, Pamona.
Más adelante, los cristianos consideraron que los celtas adoraban al diablo, aunque el diablo nunca existió en la religión céltica. Los cristianos determinaron que la manera de convertir a los celtas al cristianismo era adoptando el festival de los celtas y convirtiéndolo en uno religioso. Así, el 31 de octubre se convirtió en la víspera del día de Todos los Santos (all hallow's eve) y de aquí el nombre de 'Halloween'.
Los celtas nunca aceptaron las tradiciones cristianas y, por eso, todavía están vigentes las tradiciones de esta noche de magia, brujas y fantasmas. De este modo, hoy en día, en el mes de octubre se adornan los hogares con calabazas, brujas, fantasmas, esqueletos y gatos negros. La noche del 31 de octubre la gente se disfraza, lo niños se van de trick-or-treat o ven películas de terror.
Jack-O-Lanterns
Si no os suena el nombre de este archiconocido irlandés, poned atención a lo que ahora os contaré. Puede afirmarse que la Noche de Brujas y Muertos no está completa sin una calabaza y, por tanto, no hay Halloween sin Jack 'O Lantern.
Según cuenta la historia, un hombre irlandés, tacaño y muy bebedor, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en un bar, en la Noche de Brujas. Jack había bebido mucho y estaba a punto de caer en las garras del diablo, pero pudo engañarle ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero. Como Jack tenía una cruz en su monedero, el diablo no pudo volver a su forma original. Jack no dejaría ir al diablo hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años.
Diez años más tarde, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó muy rápido y dijo: 'iré, pero antes de hacerlo, ¿me pasarías la manzana que está en ese árbol por favor?'. El diablo pensó que no tenía nada qué perder y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes de darse cuenta, Jack ya había tallado una cruz en el tronco con un cuchillo. Entonces el diablo no pudo bajar, sin atrapar a Jack y sin obtener su alma. Jack lo hizo prometer que jamás le pediría su alma nuevamente y el diablo tuvo que aceptar, pues no le quedaba nada más por hacer.
Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había bebido mucho y había sido un estafador. Pero cuando intentó entrar al infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma. '¿Adónde iré ahora?' preguntó Jack y el diablo le contestó: 'Vuelve por donde viniste'. El camino de regreso era oscuro y con mucho viento. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento.
....Jack fue condenado a caminar en la oscuridad eternamente.....
Si has llegado hasta aquí te estarás preguntando: ¿qué tienen que ver los nabos con las calabazas?. Pues bien, los pobladores de las islas británicas, especialmente los de Irlanda, son descendientes de los celtas y por eso, como mandaba la tradición céltica, ahuecaban nabos y ponían carbón en ellos para iluminar y así le daban la bienvenida a sus seres queridos y a la vez se protegían de los malos espíritus. Más tarde, cuando los irlandeses llegaron a América, conocieron las calabazas y se dieron cuenta de que éstas eran mucho más grandes y fáciles de ahuecar y, desde entonces, ninguna persona ha crecido sin conocer un Jack-o-lantern.
Gastronomía típica de la festividad en España
'Panellets'
Los panellets son un producto de repostería casera hechos con almendras, azúcar y yema de huevo básicamente. Aunque en la receta original no se les añadía patata en la actualidad se les añade una parte de este tubérculo o de boniato. Pueden estar cubiertos de piñones, de coco o de chocolate...
Ingredientes para unos 40 panellets:
- 300 gramos de azúcar
- 300 gramos de almendras crudas
- 300 gramos de patatas hervidas con piel
- Un limón
- Maizena
- Dos huevos
El mazapán, que es la base necesaria para hacer los panellets, se hace únicamente con almendras y azúcar. Pero resultaría muy caro y por esto, el mazapán hecho con la ayuda de algunas patatas tiene suficiente calidad para que consigamos unos buenos panellets.
Trabajaremos las almendras crudas y trituradas hasta que queden como harina. Añadiremos las patatas peladas y bien frías (mejor que haga cinco o seis horas que estén hervidas), el azúcar y la corteza de limón rallada.
Solo trabajaremos la masa el tiempo justo para que nos quede unida. A continuación haremos unas bolitas, las rebozaremos ligeramente con Maizena, las pasaremos por clara de huevo batida y las tendremos a punto para decorarlas.
- Panellets de piñones: a continuación fijaremos los piñones (125 gramos) a las bolitas y las iremos poniendo en una fuente untada con mantequilla, las pintaremos con yema de huevo y las coceremos en el horno muy caliente. No dejar que se doren demasiado pues quedarían resecas.
- Panellets de almendras: Seguiremos las instrucciones anteriores, con 125 gramos de almendras crudas a trozos.
- Panellets de frutas confitadas: Hacer las bolitas aplastadas y poner encima la fruta confitada.
- Panellets de coco: Pondremos la misma cantidad de mazapán y de coco rallado. Hacer las bolitas y cocerlas ligeramente en el horno.