Hace unos meses me llegó un email remitido por Asier Vázquez en el que me anunciaba que había producido una película y que iba a participar en un festival de cine en California. “Que no pierda nunca la capacidad de sorprenderme”, pensé para mis adentros.
La primera vez que vi a Asier fue en una foto. “Este es mi hermano. Es ciego”, me dijo mi buen amigo Iker. Con los años, las noticias sobre Asier no dejarían de llegarme, gota a gota, y sus asombrosos logros serían una constante: periodista, poeta (con su libro publicado), nuevamente poeta (segundo libro en las estanterías), bloguero y tertuliano.
Este post podría haber sido una noticia para una agencia de noticias firmada con mi nombre. Este texto podría haber sido una noticia en cualquier medio de comunicación alertando sobre la participación de una modesta película española en un importante festival de cine estadounidense. También podría haber sido, hace una semana, una crónica in-situ del periplo americano de Asier y sus compinches. Pero, finalmente, este post es un reconocimiento a posteriori al esfuerzo que personas con un talento tan grande como el optimismo que transpiran son capaces de lograr.
Hace ya varios años que David R. Losada y Asier Vázquez traman proyectos audiovisuales. Y hace unos pocos que entre ellos surgió la idea de sacar adelante una película. “Queríamos demostrarnos a nosotros mismos que podíamos grabar un largo, aunque fuera con escasos recursos”, me contaron los dos cuando les entrevisté, a 6.000 kilómetros de distancia. Y eso hicieron cuando parieron “La noche del Ratón”, una película rodada con 6.000 euros de presupuesto de una manera artesana, editada con paciencia durante meses y presentada al gran público con mimo, orgullo y dignidad.
La Noche del Ratón fue seleccionada para participar en la edición 2015 del Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara, en California. Y desde que esa nominación tuviera lugar, Asier, productor del filme y David, su director, han vivido una montaña rusa de sensaciones y emociones que tuvieron su punto culminante durante la semana que pasaron en la costa oeste de Estados Unidos.
“Oye, Asier, ¿y cómo puede alguien producir una película siendo ciego?” le pregunté en mi infinita ignorancia de que los invidentes como él también van al cine, porque les gusta disfrutar del ambiente de la gran pantalla. Que los que no ven la luz son muy capaces de evaluar cuando una toma es buena o no. Que las personas como Asier, aunque no vean, pueden amar y saber mucho del séptimo arte.
“Es una película de género”, me comentan tanto productor como director. Un thriller con toques de terror, ochenta minutos de tensión e incertidumbre ante qué puede estar pasando, ante cómo se resolverá la angustiosa situación de sus protagonistas. Sorprende sobremanera que 6.000 euros (puedes poner como comparación lo que costó alguna peli de Hollywood) den para rodar durante semanas, principalmente en aquella gasolinera de Irún donde “cada día las revistas y las bolsas de patatas de las estanterías cambiaban y teníamos que estar muy pendientes del raccord”. El primer largometraje que David dirige y Asier produce puede ser muchas cosas pero desde luego no es un entretenimiento amateur de unos amiguetes.
Y eso han considerado crítica y publico en Santa Bárbara, que en todos los pases aplaudieron la película y han sido más que generosos con sus críticas: “España demuestra que puede competir con los thrillers americanos”, decía la televisión ABC; “el director me recuerda a Polanski”, comentó Roger Durling, el director del Festival.
Tras una semana pisando la alfombra roja, concediendo entrevistas, posando para las cámaras, midiendo la reacción del público y participando en coloquios sobre cine, los chicos y chicas de “La Noche del Ratón” han vuelto a casa aún más convencidos de que el próximo proyecto no puede detenerse ahora. Y es que, quizá esto sea lo más interesante, la película ha cumplido su misión de ser los 80 minutos de largometraje que les demuestra a ellos mismos que son capaces de hacer algo grande con pocos medios. Ahora que los medios van a ser mayores, los resultados, vaticino, pueden ser prometedores.
Vi a Asier por primera vez en una foto, sobre la cómoda de un salón. Años después, vuelvo a ver su cara en la prensa, al lado de titulares como “Estreno mundial al más puro estilo de Hollywood”. Mi enhorabuena, artista.