No es el dinero, ni siquiera la frustración por no haber ganado un Oscar por "Malditos bastardos", no, lo que realmente está impidiendo a Quentin Tarantino terminar su guión del spaghetti western que debe protagonizar Franco Nero y Christoph Walz son los pájaros exóticos de Alan Ball, su vecino de chalet.
Sí, un par de horas después de que Charlie Sheen denunciase a Warner Bross y la fiscalía catalana a Ángel Sala, la fiebre judicial aumentaba con la denuncia del creador de "Pulp Fiction" al creador de "True blood", según el primero por "los escalofriantes gritos de sus pájaros exóticos que le impiden trabajar como guionista en su casa". De momento Alan Ball no ha dicho nada y eso es realmente extraño sabiendo su fama de irredento bocazas.
En cualquier caso desde filmin queremos dar un consejo a Tarantino, si no puede escribir desde su chalet con piscina, veinte habitaciones, diez baños, un minibar por el que salivaría Rita Hayworth y sala de proyección, le recomendamos que se venga a España, con nuestra brutal crisis inmobiliaria estamos convencidos que alguna promotora o entidad bancaria le regalaría uno de los miles de pisos que tiene sin vender en cualquiera de las costas nacionales.
Si Sean Connery estuvo en Marbella y Michael Douglas en Mallorca, ¿por qué no se viene Tarantino a escribir a Sitges?
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