Es Lady Madonna. Una recién llegada a la zona centro. Una revolucionaria señorita que masca chicle a pesar de su apariencia sobria y un tanto victoriana.
Es ella la que preside un nuevo espacio de moda en Madrid. Uno que es pequeño en dimensiones pero grande en esencia gracias a su ambientazo, diseño y discreta pero rica cocina.
Ha sido Álex Pérez Alburquerque (El Escondite) junto a sus socios el que la ha traído al mundo. Y en torno a ella ha creado un restaurante que puede parecer uno de tantos que firma Madrid in Love con ese estilo rústico en tonos tierra, vintage, repleto de materiales reciclados, tapizados varios y lámparas a la última. Puede asemejarse a un típico bistró parisino repleto de espejos y con terracita incluida pero, en realidad, hay algo más.
Al entrar suena música rock (de hecho el nombre es el mismo que lucía anteriormente el actual Rock Circus), se ve a gente guapa de la mañana a la noche entre platos y cócteles y se degusta una carta escueta y bien elaborada que se sale del sota, caballo y rey que inunda este tipo de locales.
Su horno brasa es protagonista en el apartado de las carnes y se nota muy especialmente en el taco de lomo de ternera fileteado, ideal para compartir, el jarrete de ternera asado o sus dos hamburguesas, la trufada de cebón y la que incorpora tres quesos. No obstante, hay una receta que brilla especialmente en Lady Madonna y está en sus entrantes: las croquetas de carrillera acompañadas de su jugo. Imprescindibles. Lo son también sus postres, entre los que es destacable la tarta de limón y merengue hecha al momento. Hay que pedirla sí o sí.
Lady Madonna da en el clavo, tiene todas las claves para gustar sin dejarse una fortuna (20-25 euros por persona) y es uno de esos éxitos seguros. Lo será también su brunch, el cual prometen instaurar pronto, y probablemente cualquier idea que sus autores pretendan llevar a cabo. Es uno de esos sitios que nace con buena estrella. Y si no, al tiempo…
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