Un grupo de investigadores del NYU Langone Medical Center (Estados Unidos) han realizado un estudio en el que se concluye que la oxitocina ayuda a las madres a atender las necesidades de los recién nacidos, concretamente se explica que esta hormona “enseña” al cerebro de las madres a responder a las señales de necesidad de los bebés. Hasta la fecha la oxitocina se asociaba a otros parámetros como la atracción sexual, la lactancia materna o el apego, pero se desconocía que pudiera influir en los comportamientos sociales.
Gracias a este descubrimiento se cambia la percepción de la oxitocina y se le atribuye más valor, la influencia en el comportamiento social la redefine como una hormona que tiene una función diferente a la hormona del amor, ya que uno de sus cometidos es convertirse en un amplificador y supresor de las señales neuronales cerebrales.
Según los resultados de la investigación, esta hormona aumenta el volumen de información social que procesa el cerebro, por lo que ya se está barajando la posibilidad de nuevas aplicaciones que sirvan para tratar problemas como el estrés postraumático, la ansiedad, problemas psicológicos o trastornos del lenguaje entre otros.
En el estudio se introdujo la hormona en el cerebro de roedores hembra de laboratorio sin descendencia, parece ser que la oxitocina facilitó que los animales escucharan hasta el más leve sonido de la llamada de crías de ratón que habían sido apartadas previamente de sus auténticas madres. Los roedores que recibieron la hormona aprendieron rápidamente a coger a las crías y colocarlas en sus guaridas como si fueran sus propias crías. Resulta curioso saber que no se trata de algo pasajero, lo que aprendieron los roedores fue permanente, ya que continuaron recogiendo y cuidando crías que no eran suyas, a pesar de que se había procedido a bloquear los receptores de oxitocina.
Para los investigadores ha sido un descubrimiento sorprendente, se constata que tras el tratamiento de oxitocina, el comportamiento de los animales cambia de forma permanente, pasando de no saber realizar una determinada tarea social, a realizarlas perfectamente. Como decíamos, este hallazgo puede tener aplicaciones muy interesantes, como por ejemplo el tratamiento de trastornos cerebrales causados por determinadas enfermedades o por daños cerebrales. Aunque también se podrían desarrollar tratamientos específicos para aquellas madres que tienen problemas para cuidar a sus bebés.
Posiblemente se desarrollen nuevas investigaciones en torno a este tema, podéis conocer más detalles de este estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Nature.
Foto | storyvillegirl
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La oxitocina ayuda a las madres a atender las necesidades de los recién nacidos