Revista Opinión

La paz acribillada

Publicado el 28 julio 2014 por Jcromero

Para contradecir el nombre de este blog, siempre recurro a más palabras que imágenes. En esta ocasión, más que las palabras hay fotografías. La palabra, especialmente la palabra escrita, cuenta con innumerables virtudes pero, también expone las limitaciones de quien redacta. La fotografía es un instante congelado. Alguien toma una imagen y, con su objetivo, nos ofrece lo que no veríamos de otro modo.

Niña Gaza 2014

Niña Gaza 2014

En ocasiones, mejor que las palabras, las imágenes. La fotografía fija una percepción de la realidad sin adjetivos ni aderezos. Es cierto que siempre hay una intención en el enfoque, pero el espectador es quien pone el pie de foto y el texto deseado.

Me conmueven estas fotos de una niña recogiendo libros entre los escombros de la que podría ser su casa. La memoria, que es así de selectiva y tendenciosa, me lleva a otra imagen estremecedora que mantengo en el recuerdo desde que la visualicé por primera vez, hace ya unos años. Se trata de otra niña, puede que de la misma edad, y escribe una dedicatoria en un obús antes de ser lanzado. ¿Qué puede escribir una persona en un proyectil que será utilizado para destruir un hospital, un colegio, una vivienda; la vida de otros seres humanos?

Niña Israel 2006

Niña Israel 2006

Fotografías diferentes en años diferentes. Imágenes sin aspavientos, sin gestos desgarradores pero que conmueven y estremecen, que golpean y zarandean nuestra conciencia. Dicen que escribir es más practico que maldecir o que invocar rezos ya olvidados. Si supiera, escribiría sobre el espanto de este terrorismo que llaman guerra. Pero todo está escrito; las palabras parecen gastadas y, en todo caso, hay muchos que ya la han escrito de manera adecuada. También los hay que lanzan palabras como si fueran proyectiles. Son esos que se apropian de las palabras para malversar la realidad. Esos que minimizan el asesinato de niños desde el supuesto de ser utilizados como escudos humanos o justifican la muerte de personas en una escuela por la acción de un «mortero errático». Esos que encontrarán otras palabras para burlar sus criminales ataques a hospitales y parques, como los de hoy mismo. Mientras, distraen con estas y otras palabras, se enorgullecen de ser el ejército más sofisticado, moderno y preciso. Por ello, es tan complicado tener la grandeza de Baremboim o encontrar las palabras adecuadas ante este genocidio.

El pueblo israelí ha sufrido mucho, es cierto. Se habla de cierta maldición bíblica y de atrocidades más cercanas. Pero todo ese sufrimiento no puede convertirse en salvoconducto para retroceder a una la ley del Talión más sanguinaria. El Holocausto, con todo su horror, no justifica la permanente masacre, ni el asesinato indiscriminado o selectivo. Tampoco es justificación para levantar muros, destruir viviendas o encarcelar a toda una población bloqueando el suministro de materias básicas hasta recluirla en un enorme campo de concentración.

Reconozco que sería más placentero escribir que el mundo es maravilloso pero, eso sólo es una frase hecha; el título de una canción. Si fuera maravilloso no tendría que elegir entre estar con los palestinos o con los israelíes, ponerme al lado de las víctimas o de sus verdugos. Mientras tanto, miro esas fotografías. Veo la paz acribillada en Gaza.

Es lunes, escucho música:

Palestina es algo más, Israel y los monstruos asesinos,  Ya no tienen miedo, Gaza: el heroísmo de la gente comúnEstulticia, Equidistantes: una clasificación, Gaza en llamas, Ser judío del orgullo a la vergüenza, Una realidad trenzada de dolor, Imágenes de la guerra contra las niñas y niños de Gaza, Cuando la solidaridad surge entre la barbarie, La guerra, los medios y las palomas atontadas, ¿Por qué no escribo sobre Gaza?

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