PERDER UN HIJO.
Por Psict. Dyanna Meyer
Psct. Gestalt y Tanatòloga
Es un dolor tan profundo, impactante, casi antibiológico, antiexistencial y enloquecedor que ni siquiera un nombre cientìfico, filosòfico, literario, bohemio, tiene.
Nadie ha podido bautizarlo, mas que cómo profundo dolor del alma, asi le llamo yo.
A todos aquéllos que hemos andado por estos oscuros pasillos del dolor màs profundo del Alma, como padres y luego como profesionistas en la salud emocional, o de cualquier otra disciplina , todos entendemos
el lenguaje ùnico que el ALMA emplea ante èsta perdida.
No se parece a ninguna otra.
Nos deja en estados diversos, desde la paràlisis , que se mezcla a ratos con profundas reflexiònes, el inquietante cùmulo de cuestionamientos con los consabidos estados del duelo, revueltos y caòticos , àridos en esos momentos resultan poco comprendidos...
Aun màs uno de ellos , el más sabio a la vuelta del tiempo... La ACEPTACION. ¿ Pero Como aceptar ?
Debe pàsar el sabio maestro que todo lo cura y que se llama tiempo y hacer de nuestra mente un SITIO PROSPERO, en el manejo de razones, que se tornan de valor desde la espiritualidad.
LA ESPIRITUALIDAD. LA PSIQUE Y LA TANATOLOGIA AMOROSA.
Desde el espìritu, podemos caminar si bien cada quien a su paso, podemos hacerlo sanamente, librando la batalla del enojo, que puede ser ira si acaso la muerte del hijo fué con violencia, mala fé , asesinato o incluso suicidio.
Ahi si que el trabajo deberà ser cuidadoso y utilizando la PACIENCIA ACTIVA como herramienta en la terapia.
La psicologìa Holística, enlaza la espiritualidad y la corporalidad, para trabajar con este dolor profundo del Alma. En este espacio podemos darnos perfecta cuenta como investigadores , que la psique y el espìritu son habitaciones contiguas y cercanas , pero diferentes .