Revista Política
La renuncia de Carmen Chacón a optar al liderazgo del PSOE proferida entre hipidos y amagos de pucheros, ha desatado toda clase de especulaciones sobre sus posibles motivos, amén de una cariñosa cascada de elogios más o menos interesados a su "inteligencia y generosidad", dos virtudes que en realidad le son tan propias a la señora Chacón como la decencia y la dignidad al valenciano Francisco Camps, por poner un ejemplo conocido.
La brutal campaña en su favor desatada por la perrera mediática (es decir, la prensa de extrema derecha/derecha extrema española) más el grupo que integran la cadena de televisión La Sexta y el diario Público (tras cuyas bambalinas anda Miguel Barroso, marido de Chacón), más los diarios catalanes La Vanguardia y El Periódico, no ha servido finalmente para que la actual ministra de Defensa por gentileza de Zapatero haya conseguido colmar su ambición de hacerse con la nominación como candidata socialista a la presidencia del Gobierno en las próximas generales, su intención primera, ni forzar al aspirante mejor situado, Pérez Rubalcaba, a cargar con ella como número dos, en lo que constituía el Plan B de la ambiciosa y desproporcionada maniobra. Finalmente el numerito de ayer de la Chacón se gestó cuando veinticuatro horas antes, al quejársele a Zapatero de que dentro del partido le estaban cerrando el paso, el todavía presidente del Gobierno le vino a decir que bastantes problemas tiene ya como para tener que atender sus pataletas y que allá te las compongas, chica.
Anoche, en la Tertulia de la Cadena SER, el periodista Miguel Ángel Aguilar además de denunciar la feroz campaña mediática "Chacón for President", preguntaba a qué había renunciado realmente la ministra, contestándose él mismo que a nada, ya que ni siquiera se ha convocado todavía un Congreso ni las primarias. ¿Entonces?. Es obvio que lo que Chacón pretendía era desencadenar el "dedazo" de Zapatero según el conocido estilo Aznar, a refrendar luego en un Congreso que se limitara a dar palmas al estilo de los Congresos del PC chino. De lo que se deduce que o la ambición la cegó o se ha equivocado de partido, porque esos no han sido nunca los métodos del PSOE.
En realidad, Chacón ha tirado la toalla cuando ha constatado que la piscina a la que pretendía lanzarse no tiene agua. Ahí sí ha estado lista, o lo ha estado su asesor de cabecera, que para algo lo tiene en casa. Nadie en el partido iba a dar la cara por ella, salvo algunos dirigentes catalanes tan quemados como la doña y que en vez de decir tonterías (Montilla estuvo anoche especialmente penoso en la SER), deberían dimitir de una vez y abandonar la política.
La puntilla finalmente se la dio Patxi López, el lehendakari vasco, cuando pidió un Congreso extraordinario del partido que "regenere la socialdemocracia". Pero resulta que a la señora Chacón el Congreso no le interesa para nada, pues sabe que ahí no tiene nada que ganar y que Rubalcaba y casi cualquier otro candidato la laminaría. De lo que se deduce el aprecio que la señora Chacón tiene por la democracia interna.
Descabalgada de la carrera por el liderazgo del PSOE antes de que esta haya comenzado, el futuro de Chacón pinta negro. Mucho me temo que pronto busque refugio en Catalunya entre los Montilla, Iceta, Zaragoza y compañía. La Ambición Caqui no va a cejar para seguir en cargos públicos, y menos ahora que tiene hasta un programa "de izquierdas" y todo, el que esbozó ayer durante su renuncia pública a liderar el PSOE. Claro que como decía Aguilar anoche, habría que saber por qué ese ataque de izquierdismo no le entró a la señora Chacón en ningún momento de sus siete años como ministra de Defensa y miembro del Comité Federal del PSOE, donde jamás se oyó a esta pija de suburbio defender posturas de izquierda.
En la imagen que ilustra el post, Carmen Chacón posa entre un grupo de señoras guerreras con uniformes diseñados siguiendo las indicaciones de la ministra (2008).