Yoko Ogawa, a pesar de ser una escritora de enorme éxito en Japón, no debe ser la mas fácil de leer. Hay bastante de ese modo de ver la cosas japonés de algunos autores de allí que resulta difícil ver en los de fuera, que si llegan a ese estado de transmisión del Yo suele ser más por efecto del alcohol o las drogas que por el talento natural.
Sea como fuere, y al margen que por su extensión debería de salir en un suplemento dominical y no en los hermosos libros de Funambulista (debe ser también la escritora que más cobra por palabra), podemos encontrar mucho de esos recorridos interiores y tortuosos a los que nos tiene acostumbrados, y que con mayor extensión recoge por ejemplo en El embarazo de mi hermana o Kitchen .
Tal vez por eso sea una buena recomendación si quieren empezar con ella. Eso sí, les recomiendo que no lo lean si se hallasen un momento vital complejo de esos de mucho pensar. Si se están comiendo la cabeza, éste no es su libro, no les vaya a dar algo.