Siempre ha sido cuestión de debate en el fútbol, en especial dentro de nuestro país, el clásico jugar bien o ganar. Una discusión sin fundamentos desde el vamos, ya que no hay quien no quiera ganar, pero no quedan dudas que jugando bien el camino a la victoria es mucho más claro. De estas absurdas posturas salieron varios exponentes de cada una de ellas, como los celebres Bilardo-Menotti y sus hijos pródigos: Sabella y Russo entre otros en el caso del Narigón, y Cappa, Sapporiti, y Borghi son algunos de los admiradores del actual mánager del Club Atlético Independiente.
En el medio de ellos, sin casarse con nadie e independientes de cualquiera de estas posturas, surge un estilo nuevo, sin nombre alguno pero con una más que sana costumbre: ganar. Como máximos exponentes en el fútbol argentino de esta ”raza” ganadora están el actualmente desocupado Américo Rubén Gallego y la estrella de la última fecha del fútbol argentino, Ramón Díaz.
Ambos suman gran cantidad de admiradores y también detractores, pero quien niega que son capaces de hacer competitivo a cualquier equipo es un necio. Suelen tildarlos de fanfarrones o agrandados, y si bien tiene algo de cierto, lo son con motivos de sobra: donde fueron han sido campeones o en su defecto al menos protagonistas. La inteligencia que tienen hace que puedan llevar a sus equipos siempre los primeros planos, y tienen en común la picardía que los hace 2 completos ”show man”.
La capacidad de adaptarse a diferentes situaciones es sin lugar a dudas la más grande virtud de los referentes de este nuevo estilo. Sin miedo a avergonzarse, saben cuando tienen que armar un equipo ultraofensivo o cuando es necesario un sistema más conservador, y es por esto en la mayoría de los casos que reciben críticas, sin entender que por más que a uno le guste o no, saber el momento justo cuando hay que arriesgar es todo un signo de inteligencia.
Por esta ambiguedad que ambos tienen en cuanto al fútbol de ataque o conservador, muchas veces los han catalogado como cagones o pizarreros, en especial al ex técnico de Independiente, que en su último período lo criticaban por ser salvado en varios partidos por el arquero, el mismo arquero al cual el bancó tras algunas dudas en su rendimiento y dejó como titular a pesar de ser todo un inexperimentado en primera. A la vista están los resultados del Rojo desde que no le renovaron el contrato. Nada es casualidad.
Aún más frescas están las críticas hacia el actual técnico de San Lorenzo durante las primeras fechas de este certamen. Se escucharon mil cosas acerca de su equipo y sobre su persona, y no tardaron en aparecer quienes afirmaban que sin refuerzos caros y de renombre el multicampeón en River no podía armar un buen equipo. Esos mismos hoy se esconden o se dan vuelta, como gran parte del público futbolístico argentino.
Salvando las grandes distancias, en el viejo continente se podría nombrar como máximo exponente de esta costumbre de ganar al técnico del Real Madrid, José Mourinho. También odiado y amado por igual, el técnico que se cansó de ganar en Porto, Chelsea, e Inter, es criticado por sus famosos planteos ultra defensivos como el que utilizó en la tan discutida semifinal en el Nou Camp, pero al mismo tiempo no se puede desconocer que su inteligencia es inmensa y sabe cómo parar a sus equipos cuando tiene que salir a buscar un partido. Sin lugar a dudas, otro ganador con todas las letras.
Mismo el que hoy en día es el estandarte del fútbol lírico en el continenente europeo ha sabido modificar su equipo en algunas situaciones. Obviamente hablo de Guardiola, el técnico del supercampeón blaugrana. No quedan dudas que su ideología es totalmente de ataque, pero no es ningún necio, y sabe si en algún momento tiene que cambiar. Un claro ejemplo es el último clásico en el Bernabeu, donde resignó un delantero, paró 2 líneas de cuatro con Dani Alves como volante derecho y si bien nunca renunció a ir a buscar el partido, obtuvo más equilibrio y le dio resultado. Ni ofensivo ni defensivo, inteligente.
Si sus equipos obtendrán el torneo o no al final de esta temporada, no se sabe en ninguno de los casos, ni en el del emergente San Lorenzo del Pelado Díaz ni en el del nuevo Real Madrid que el portugués está armando. Lo que es una certeza es que pelearán hasta el final y darán mucho que hablar.
De a poco y sin alardear sus pensamientos, estos referentes están creando e instalando un nuevo estilo en el fútbol que de a poco irá obteniendo nuevos técnicos adeptos a esto que es a lo que muchos aspiran: armar un equipo serio a donde sea que vayan eligiendo los refuerzos justos y dándole lugar a los juveniles que piden pista, y así, de a poco, llegar con frecuencia a la tan ansiada victoria.