En 1912, Sidney Olcott dirigió una de las grande películas sobre Jesús de la época muda: Del pesebre a la Cruz, que fue relanzada en 1916 con el título Jesús de Nazaret. Este monumental trabajo (de 71 minutos, cuando los filmes duraban entonces entre 12 y 18) resume de manera notable la vida de Jesucristo, desde la Anunciación y el Nacimiento hasta su Muerte y Resurrección. En medio, asistimos a sus enseñanzas, su oposición a las autoridades judías, sus milagros y su atención a sus discípulos.
El relato está basado en las Escrituras, y a modo de marco, separando en cuadros la brillante puesta en escena (teniendo en cuenta la época), aparecen intertítulos con citas textuales de los cuatro Evangelios que preparan al espectador antes de cada una de las secuencias.
La crítica la ha calificado de magnífica tanto desde la recreación de ambientes y escenarios como en lo que se refiere a las interpretaciones de todos los actores y a la fidelidad con que se adapta la historia. Queda claro que se trata de una historia de amor, de sacrificio, de perdón y de redención.
Además el filme cuenta con el aliciente especial de haber sido filmado en Palestina, lo que contribuye a una más realista ambientación de la historia.
Aquí ofrezco el fragmento nº 9 de los 10 que componen el filme: dura 10 minutos y abarca desde la coronación de espinas hasta el comienzo de la Resurrección. Es interesante ver la conexión entre las imágnes y los intertítulos.
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